miércoles, 23 de noviembre de 2011

¡Que viene Drácula!

Holandés, lo que se dice holandés no estaremos aprendiendo mucho, ahora, reírnos en clase un rato. Todas las semanas salimos de allí más confundidos con respecto al idioma tulipano, pero con una sonrisa.

¿Momentazo de la clase? Nos da el profesor un post-it con una profesión que el resto tiene que adivinar haciendo preguntas que se deben responder con sí o no. Empieza el juego, pregunta uno si la profesión es de hombre. No, es una mujer. Y el profesor nos da una pista para ayudar: está relacionado con Hollywood. Hombre, pues si es Jolibú lo mismo es... mecánica!! Para el siguiente participante la primera pregunta es ¿trabajas en una oficina? Sí. Y ahí va el profesor a echar una mano diciendo que esa profesión se hace cargo de disputas. Pues va a ser abogado. Para el tercero nos esmeramos más y el profesor decide que ya es que hablamos de un camarero dar como pista que "cuando te quieres relajar, vas a un sitio donde él trabaja". ¿Un spa?

Y por fin me toca. Mi post-it dice "espía". Y antes de decir ninguno esta boca es mía, el profesor nos brinda su inestimable ayuda diciendo que mi profesión es peligrosa. Ya ni preguntas ni leches, directamente a ver si aciertan van diciendo varias profesiones, pero claro, como nos falta vocabulario, pues en una mezcla de tulipano con inglés. Una pregunta que cómo se dice bombero (fireman) y ¿qué entiende el profesor? Nada menos que vampiro. Oiga, qué profesión más peligrosa y sufrida es ser hoy en día vampiro. Y sin seguridad social, encima que el ajo te produce urticaria, la sangre de hoy en día no es como la de antaño, las adolescentes se vuelven histéricas con tanto crepusculín...

En fin, aprendiendo palabras del día a día. Lástima que la semana pasada no estuviera cuando dijo cómo se decía prostituta xD

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Crónicas de Willy Fogg (y III): el fin

En fin, después de experimentar 2 comidas en el congreso digo que ni de coña voy a ir a la cena. Así que nos vamos al pueblo y voy pensando si el italiano o el griego. El italiano está un poco vacío. El griego... pues resulta que está cerrado. Italiano, pues.

A pesar de haberme encaprichado con la lubina el otro día, viendo la carta detenidamente veo que tienen dorada con gambas. Mmm. Difícil elección. Mientras una corriente gélida me da en el brazo desde la rejilla del techo, decido que va a ser una de champiñones al horno con vino y la dorada. Mi rápida decisión siendo mujer asombra a mis acompañantes. Gilipollas.

Y mientras me siguen torturando con la ventilación forzada ceno. Una delicia. Mirando por la ventana no se ve ni perry, esa es la vida de Egmond aan zee sin verano ni veraneantes.

De vuelta en el hotel hago la maleta y al entrar al baño veo que hoy solo me han hecho la cama. Qué ganas de pirarme de esa mierda de hotel. Ya estoy soñando con escribir una crítica en el tripadvisor. Y entonces, los chinos empiezan otra vez a chillar. ¿Pero es que nacen con un puto altavoz en la garganta?

Me encasqueto los tapones para los oídos y hasta al día siguiente. Pero en uno de los movimientos en sueños me giro un poco más y eyyyyyy casi me caigo de la cama.

PD. Resultó que al final sí había internet en la habitación y no solo en la tele. Había que encontrar un cable escondido vete-a-saber-donde y conectarlo a tu ordenador. Con mi suerte, habría explotado el portátil y parte del hotel con él.

Crónicas de Willy Fogg (II): en el super-mega-hotel

6:35 de la mañana, se oyen gritos en la habitación. Pero no es mi habitación, es la de al lado. ¿Gritos? No, más bien hablando a voces. Algo parecido al chino. Claro, tenía que ser a mí a quien le tocara tener a unos chinos chillones al lado. Joder. Me busco los tapones e intento volver a dormirme. Los sigo escuchando, pero me puede el cansancio.

La tecnología está en mi contra. Intento salir del hotel para ir a dar una vuelta por el pueblo, y cuando la puerta automática giratoria está a punto de dejarme salir, se lo piensa mejor. Atrapada sin poder ir ni hacia fuera ni hacia dentro. Empujo la puerta. Nada. Me muevo. Nada. Vuelvo a empujar con más ganas. Nada de nada. Coño. Vaya mierda de semana y solo estamos a lunes. Mientras rebusco en mi bolso para encontrar la llave y mirar a ver si hay un número de teléfono para decir en recepción que me tienen que rescatar, aparece un hombre por fuera, se mueve delante de la puerta y tachán tachán, empieza a moverse. Conclusión: debo estar súper delgada para que la puñetera puerta no me detecte. O eso, o soy un fantasma. Uuuh.

Empiezo a caminar. La niebla está tan baja que a penas se ve a 10 metros. Empezamos bien el paseo. Un frío de la leche y sin ver ni jota. No sé cómo pero mis pasos me han llevado enfrente de la oficina de turismo. Oigo "excuse me, excuse me" y una chica me dice que si puede hacerme una pregunta. Vacilantemente digo que sí y me suelta "anda, no serás española". Debo tenerlo tatuado. Me pregunta dónde están los parquímetros, le digo que venga a la oficina de turismo conmigo que lo sabrán mejor que yo que llevo 5 minutos en las calles del pueblo.

Una vez allí pillo un folleto para darme un paseo por el pueblo al módico precio de 3,5 euros!!! Me vienen a la cabeza todas las guías Lonely planet que tengo descargadas. En fin. Un frío de la lecheee. Dos horas después me he recorrido el pueblecito costero, hecho fotos, subido a un punto para ver las vistas del pueblo. La primera vez que he subido se veía niebla, me viene a la cabeza el libro de Stephen King; la segunda vez por fin he visto las vistas.

En cualquier caso vuelvo después de comer y me arreglo para la conferencia. Termina la conferencia, cenamos snacks de mierda holandeses. ¡Qué ascazo! Yo que había visto un restaurante italiano y otro griego en el pueblo tengo que comer eso y a esas horas. En fin, mañana me voy a resarcir, dudo entre la lubina a la sal o algo del griego. Mmm.

¿Y qué me espera al subir a la habitación? ¡¡LOS CHINOS GRITANDO!!

(en diferido, again)

Crónicas de Willy Fogg (I): La llegada

Pues aquí estoy, otro hotel, otro pueblucho en la profunda Holanda. A estas alturas ya he conocido unos cuantos hoteles en unos cuantos países. He tenido de todo: que si la ventana no cierra en pleno noviembre, que si se atasca el baño, no funciona internet, o si funciona es a precio del oro, el aire acondicionado funciona tan bien que me veo buscando la manta extra en el armario porque no sé apagar el cacharro. Sillas, sillones, tresillos!! Camas gemelas, blandas, duras, king size, con muelles sueltos (mejor no pensar por qué)...

Pero que llegue una a un hotel, encienda la luz y explote, dejando a todo el pasillo sin luz, nunca. Y que el tío que va a arreglarlo te diga, con toda condescendencia, que no vuelvas a encender esa luz, ya no te digo. ¿Cómo que no encienda la luz? ¿Y me quedo a oscuras toda la noche? ¿Gilipollas, eh? Menos mal que me han cambiado de habitación. Eso sí, tantas 4 estrellas que tiene este hotel a mí me da que le sobran 2 lo menos. El pasillo lleno de desconchones, las camas blandas, la tele cabezona, no hay internet. Tengo 2 butacas para una mesita pero ninguna silla en condiciones para el escritorio. Bueno, sí hay internet, con la tele. Ni wifi ni cable. No puedo tener internet en mi ordenador del curro. Flipo. El baño es cutrillo. Sí, es un wellness centre, pero ojo, que la piscina abre de 8 a 20 y hasta las 23 la piscina es parte de la sauna. Hasta ahí todo bien hasta que leo en la tarjeta de la llave que a partir de las 20, por ser parte de la sauna, no se permiten trajes de baño en la piscina.

Buaggggggggg que la gente se baña en pelotas en la piscina donde luego los demás nadan??? Yo que pensaba que iba a nadar estos días, conociendo la higiene rutinaria de los holandeses y cómo está este hotel, creo que paso de acercarme a esa piscina. Que te tienen que pegar de todo. Ahí pillas unas conjuntivitis de caballo.

Y no sé qué voy a hacer mañana, porque el hotel ofrece desayuno y cena. Pero nada de comida. Encima he llegado sobre las 21 y me he quedado sin cenar porque la cena se sirve ¡¡hasta las 20:30!! Joder.

(en diferido, como no había internet...)

sábado, 12 de noviembre de 2011

La expresión máxima del "Mmm lekker"


... o "Mmm qué rico".

Porque a quién no le gusta oler el culete a un perro. Hay veces que una piensa que los publicistas son gilipollas, que se fuman cualquier cosa o que esnifan el pegamento. Sinceramente, yo veo esto y me parece más una página zoofílica que una en la que te ayudan a buscar a tu perro ideal para adoptar. Que mira que ya no somos nada sin internet. Tener que encontrar un perro callejero en la web. Desde luego que va a ser verdad que nos estamos volviendo sedentarios y unos frikis.

Mientras en España los perretes se deprimen en los centros de acogida porque nadie se los quiere llevar a casa, aquí les montan shows y todo. Pides cita con el centro y te organizan un megaevento para enseñar a los perros. Ay, si me hubieran hecho eso con mi Navero... jaja.

Hasta tienen un perro del mes. Sorpresivamente es una perrita española. Es que aquí, como en Alemania, tienen bien arraigado lo de "salvar" perros trayéndolos de España, que somos muy malos con ellos, sobre todo con los galgos. Mirando en esa misma página veo que los perros españoles deben estar altamente cotizados, ya que abundan. Quizá podría ser una medida anti-crisis, empezar a exportar perros callejeros cobrando.


Sí, página traducida con Google para choteo del personal... Nótese que llaman a la perrita "bastard from Spain"... así, sutiles que son ellos...

Jaja, acabo de encontrar las otras dos versiones del anuncio. Por un lado, señora recién salida de la peluquería comprobando si el perro se ha tirado un pedo y el perro mirándola con cara de susto porque pensaba que nadie lo había notado. Y en la última, señor mayor disfrutando del aroma mientras el perrito mira con cara de circunstancias.