sábado, 31 de marzo de 2012

Doe de deur dicht, alstublieft!

Uno de los hábitos más molestos que he descubierto en el gimnasio es la manía que tienen los holandeses de exhibir el cuerpo de los demás.

Si yo entro en lo que obviamente es un vestuario y además veo a gente cambiándose, no se me ocurre dejar la puerta abierta de par en par. A los holandeses, y en este caso particular, por experimentarlo en mis carnes, las holandesas, parece que no les entra en la cabeza que al abrir una puerta previamente cerrada se vuelve a cerrar.

Pues nada, que no. Que ya les puedo decir que cierren la puerta, por favor, mirarlas mal como si mi mirada fuera un rayo láser fulminante, soltar tacos, dar portazos, ser amable, ser borde, ser una zorra hiriente. No lo pillan. Me miran como un cervatillo ante las luces delanteras del coche apunto de convertirlo en alfombra. Les gusta mostrar mi cuerpo serrano. Lo mejor es cuando entro a la ducha con la puerta cerrada y al salir está abierta del todo.

En fin, a todo esto, que también suele pasar en el vestuario de hombres ver la puerta abierta y escuchar el ruido de una ducha o ver ciertas partes anatómicas al aire.

Claro, como solo nos duchamos 2 de cada 20...

El otro día me descojonaba, porque el vestuario hace una L, si te pones en la parte corta te tapa la pared. Y ya he aprendido que es el lugar donde me conviene ponerme para que me dejen menos veces con las vergüenzas al aire. Pues en fin, que yo llegué allí con todas mis cosas y vi una silla vacía con un par de zapatos debajo. Me dio igual y planté todas mis pertenencias allí, me fui a clase y cuando salimos me metí en el rincón a desnudarme. Y en estas que aparece una holandesa a cambiarse sus zapatillas por los zapatos (ah sí, se me olvidó comentar que aquí es muy común que lo único que se cambien sea de calzado, se van a casa todo sudaos) y me hizo algún comentario pero la ignoré. Coño, encima que te vas a dejar la puta puerta abierta creo que tengo derecho a coger el sitio más escondido, o es que te da vergüenza que te vean los calcetines???

Cada día flipo más.

lunes, 26 de marzo de 2012

Esas cosas que solo se ven en este país

Rubio. Pelo largo, a mitad de espalda, liso. Gafitas. Vestido de negro: camiseta y pantalones remangados a mitad de la espinilla. Zapatillas. En bicicleta. Tocando la guitarra.

Mamá, mamá, mira sin manos. Mamá, mamá, mira, con la guitarra :O

sábado, 10 de marzo de 2012

¡Está nudo!

Ayer nos fuimos a cenar con unas chicas extranjeras que conoció mi compañera de piso la semana anterior en una reunión de expatriados. Ahora nos ha dado por ahí. Hace unos meses ya fuimos a otra donde conocimos a una chica francesa (de origen camboyano-vietnamita) que es ya una más del grupo. Pues como esta chica es adicta a todas las reuniones de extranjeros (se comprende, nosotros nos nutrimos de la empresa, con alta densidad de no-holandeses de nuestra edad, ella está sola aquí) ahí que se fue, y esta vez mi compi con ella.

En fin, que quedaron en ir a cenar sushi y nos fuimos a un restaurante asiático que tiene comida china y tailandesa y tienen un cartel de "all you can eat" de sushi. La primera vez que fuimos a ese restaurante fue un viernes hace ya como un mes después de ir a comprar a Makro. Llegamos a las 20:30 y nos dijeron que el cocinero de sushi ya se había ido (a las 20:00). Pues nada, tocó comer chino. Pues ayer nos fuimos emocionadas a las 19:00 para poder comer sushi. ¿Y qué pasó? Pues que tampoco pudimos comer porque, según nuestro camarero chino (y más pesao que una vaca en brazos), hay que reservar porque se tarda mucho en hacer el sushi. Anda y vete a cagar chino pesao! Ya no vuelvo. Al final como éramos 8 nos hicieron 6 platos para compartir entre todas: pescado, cordero, ternera, pollo, pato y cerdo vegetariano. Ah ¿que qué es eso del cerdo vegetariano? Es que nuestro camarero favorito (un chino de unos cincuentaymuchísimos) habla inglés como un chino, vamos, que se le entiende la mitad (si no te suelta un "Gracias, señora" en plan Bertín Osborne así como quien no quiere la cosa) y cuando nos explicó que era cerdo con verduras, alguien en vez de "vegetables" entendió "vegetarian", y claro, pues cerdo vegetariano, de toda la vida de dios.

En fin, que por lo menos tuvimos una cena y conversación bastante animadas. El chino no paraba de dar la plasta con si queríamos beber más cuando el vaso estaba medio vacío. Eso sí, cuando se te vaciaba la copa no le veías por ningún lado. Nuestros vecinos se descojonaban mientras comentábamos cosas como la música de los 90 o que algunas tenían faldas de Lambada cuando eran pequeñas. Por no decir cómo nos miraba la señora cuando una chica polaca nos contó que a los niños holandeses les obligan a sacarse 2 diplomas para demostrar sus aptitudes natatorias, incluyendo como "examen" el nadar vestidos, con zapatos y abrigo.

De ahí decidimos ir a tomar algo primero a un bar del centro. Durante la conversación salió a cuenta el bar con karaoke que hay cerca de Grote Markt y ahí que nos fuimos, a tomarle el pelo al camarero con los chupitos (de nombre tan exóticos como Erección o Mamada) y acaparar el libro de canciones del karaoke. Mientras decidíamos qué berrear en el micro, llegó un grupo de rumanas para cantar también.

Cantamos, bebimos, bailamos, nos tapamos los oídos para que las rumanas no nos perforaran los tímpanos, que encima nos robaron canciones. Y yo me pregunto siempre que voy a un karaoke, si sabes que una canción es chunga que te cagas de cantar... ¿por qué siguen pidiendo canciones como Beautiful day de U2 o Roxanne de Police? Y ya no te digo nada con Stayin' alive. Es que parecía que lo había hecho a posta, madremíadelamorhermoso.

Pero vamos, que cantamos hasta sin karaoke: la Camisa negra, el Ai se eu te pego, la gasolina, el Waka waka (todo música de la mejor calidad, como puede comprobarse, pero el alcohol es lo que tiene)...

Y ya por fin pasadas las 4:30 de la mañana nos fuimos. Como siempre, salimos para un ratito y la cosa se nos va de las manos. Otra vez en casa a las 5 de la mañana. Eso sí, en la entrada a la calle dice de repente Helena: "¡Está nudo!" y yo, "¿Ehm, qué nudo?". Pues se refería a un tío en medio de la calle desnudo con un amigo (este vestido), subiéndose a la bicicleta. Sí, sí, en pelota picada. Y Helena diciendo "Vamos, vamos para el otro lado de la calle para no cruzarnos". Pero a mí lo que más me intrigaba era dónde cojones estaba su ropa, si había perdido una apuesta o si la habría tirado al río o arrrgo. Anda que el sillín fresquito a las 5 de la mañana le daría gustirrinín en sus partes pudendas. Supongo que si le hubieran hecho la prueba de alcoholemia habría reventado el alcoholímetro...

PD. No, no estaba bueno ni era un portento.