sábado, 24 de agosto de 2013

Roadtrip veraniego por la Bretaña francesa - Día 1

El viaje de este año no ha sido muy lejano pero sí una maravilla.

Nos costó decidirnos pero al final nos decantamos por ir a la Bretaña francesa. Y así era posible que nos encontrara más o menos el mismo tiempo que el que tuvimos en Islandia el verano pasado xD

Debido a la cercanía, mis compis de viaje decidieron ir en coche desde España, así nos ahorrabamos también el alquiler de un coche. Yo me fui en tren; la ida muy bien, la vuelta ya con percances propios de la casa, para variar.

Ya para empezar digo que nuestro viaje fue bastante caótico en cuanto a idas y venidas. Somos hiperflexibles a la hora de planear y si alguien ve algo que le mola en el medio del camino, pues se para. Así que nada de sustos a la hora de ver los trayectos tan particulares...
Día 1: Nantes-Fougères-Dol-de-Bretagne-Cancale-Plouër-sur-Rance
Empezamos nuestro periplo en Nantes, que ahora no es Bretaña pero históricamente, sí. Los duques de Bretaña tenían aquí una de sus residencias.

Dejamos el coche en un parking subterráneo cerca de la catedral y nos dimos un buen garbeo por la ciudad. Vimos la catedral, las calles con casas timbradas, el castillo de los duques y desde las murallas la torre de Lu. Paseíto por la ciudad y aprovechamos la oportunidad de comprar un tentempié para el camino hacia la isla de las máquinas, donde un elefante mecánico iba paseando a turistas y bañando a otros en función de si te llevaba a lomos o eras suficientemente torpe para que te pillara el chorro a pie de calle.

La siguiente parada en nuestro camino fue Fougères.

Dejamos el coche en la zona alta, cerca de la iglesia y el ayuntamiento para dar un paseo por el jardín adyacente y poder bajar al centro histórico. Desde el jardín pudimos admirar unas vistas geniales de la fortaleza.


Bajamos por el jardín para visitar el centro, lleno de casitas timbradas, el castillo y subiendo la cuesta para arriba again. Es un pueblo muuuy bonito y merece la pena hacer una parada en el camino.

Continuamos hacia Dol-de-Bretagne en dirección a la costa. Desde la carretera se podía ver de vez en cuando el Mont-Saint-Michel en la distancia, aumentando las ganas de la visita al día siguiente. 

Dol-de-Bretagne tiene la catedral de San Samson en el centro muy bonita, con 2 torres, una de ella más baja que la otra, así como si la hubieran cortado de un espadazo. Muy cerca está el Menhir de Champ-Dolent. Este menhir mide más de 9 metros y cuando estuvimos por allí estaba increíblemente vacío. Tan solo una pareja estaba sentada en uno de los merenderos cerca, lo que nos dio total libertad para hacernos decenas de fotos haciendo el imbécil con el menhir: que si todos saltando, que si saltando de uno en uno, por grupos, haciendo que teníamos el menhir en la espalda como Obélix... fotos monguer, vamos, que se nota que la cámara es digital y son gratis. Y la pareja que estaba por allí también se lo pasó a lo grande riéndose de nosotros xD
Tan feliz que levitaba

De allí, nuestra última parada antes de ir a Plouër a buscar nuestro Bed & breakfast, nos dirijimos a Cancale, a ver la costa y comer pescadito aunque es famosa por las ostras. Desde la costa de Cancale hay vistas a la bahía del Mont-Saint-Michel, que se ve en el horizonte :)

Y ya, cansaditos de tanto ajetreo, nos fuimos a buscar nuestro lugar de reposo.

lunes, 12 de agosto de 2013

¡Viajeros al terraplén!

Está claro que no puedo irme de viaje sin que me pase algo...

Ayer estaba de vuelta en el tren París-Ámsterdam. Cuando compré el billete hace un par de meses estaba un poco decepcionada con que tuviera que pillar el tren bastante temprano, pero después del palizón que nos dimos en el viaje por Bretaña (que ya contaré, que tiene más "momentos Eva") me gustaba la idea de llegar a casa a media tarde.

Pues no. Porque cuando por fin estábamos cerquita de Róterdam, se para el tren. Al cabo de un rato anuncian que estamos parados porque hay mucho tráfico. Empieza a dar el sol por la ventanilla. Mmm, guay.

Pasan 5 minutos y ahora resulta que el tren se retrasará 30 minutos por problemas técnicos. Jooo que me duele el culo ya de estar sentada :(

A los 10 minutos vuelven a dar un aviso y ya llegamos a los 50 minutos de retraso. A los 5 minutos ahora resulta que hay un problema de señalización y el restraso es de 1 hora. 

No puedo dejar de señalar el detalle, tan holandés por otro lado, de que nos anunciaron que el coche-bar estaba situado en el vagón número 4. A río revuelto, ganancia de holadeses, perdón, pescadores.

Y ya por último, cuando llevábamos una hora en ese tren (yo al lado de un adolescente holandés al que le cantaba el alerón que no veas) nos dicen que van a evacuar el tren y llevarnos en autobús.

Flipante, oye.

Nos tocó caminar hacia un vagón en el medio del tren y bajar por unas escalerillas que nos instalaron para bajarnos. Ahí en medio de un terraplén ayudados por señores de ProRail con chaleco fluorescente y casco.

Si es que lo que no me pase a mí...