1. Ya no dices "hola" sino una mezcla de "hi" y "hey". Un jaeeiii
2. Por increíble que parezca, ya no dices "vale" sino "ok".
3. La palabra "sí" está en vías de extinción y sueles responder con un yeaaa mezcla del "ja" holandés y el "yeah" en inglés. Así te aseguras que en ambos idiomas te entiendan. Una pena que en español ya no.
4. Empiezas a conjugar los verbos irregulares como regulares. Y acabas hablando regulero.
5. Cuelas en la conversación palabras en inglés porque no tienes ni puñetera idea de cómo se traduce eso, si es que alguien lo ha traducido alguna vez (¿regulatory? ¿compliant? ¿trials?).
Vamos, que cada vez mi familia me entiende menos y se asusta más.