Ya sé que últimamente sólo hablo del Ikea, pero es que ocupa grandes horas de mi tiempo en estas últimas semanas.
Y sólo decir que no hay sentimiento peor que llegar a casa del gimnasio y que te digan, con cara muy seria, "tengo malas noticias... ¡hay que volver a Ikea!".
Porque los capullos nos trajeron la tabla de la mesa y los soportes, ¡¡¡pero no las patas de la mesa!!!
Así que vuelta para allá y ya de paso, a comprar más :__(
Malditos, odio la tienda, ya me sé dónde están todas las secciones :-/