miércoles, 28 de diciembre de 2011

La nariz como un pimiento

¿Por qué cada vez que vengo aquí me llevo en la maleta un resfriado? Será que los fríos invernales tulipanos dejan patidifusos tanto a virus como personas.

Me duele la cabezaaa tututú.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Vacaciones que no lo son tanto

Heme aquí, sentada en mi antigua mesa de escritorio rodeada de una pila de mierdas varias. ¿Por qué cada vez que vengo a casa por vacaciones acabo haciendo cosas que no me apetece hacer? Como intentar disminuir mi sentimiento de síndrome de Diógenes. El lunes por la tarde vacié mis ocho cajones entre el escritorio y la estantería y aún no me he quitado todos los trastos de la mesa.

Por dios, cómo puedo tener tantas cosas!!! Y todo material de oficina: bolígrafos, plumas (si yo no sé usar de eso), marcadores fluorescentes, libretas de publicidad, hojas de archivador, carpetas, fundas de folios, calculadoras científicas (nótese el plural), típex secos, un bote de 1000 clips!!!

Y eso que no me ha dado como a mi hermana que está haciendo criba masiva de apuntes de la carrera. Eso requiere demasiada energía. Fíjate que solo de los cajones me dio un lumbago...

En fin, de vacaciones por Navidad. Estoy harta ya de que me digan "JAH, JAH, JAH (con eco) vuelves a casa como el Almendro". El primer año tuvo gracia un rato, ya no. Y de tour visitando a gente. Con la agenda a ver cómo hago, porque claro, la gente luego no está disponible y acabo quedando por la mañana con alguien y por la tarde a otro sitio.

Luego necesito vacaciones de las vacaciones, entre las agujetas de llevar el peso de mi Diógenes y el corretear de un lado a otro de la ciudad para ver a la gente.

Inciso, olvidé decir cómo fue mi viaje: afortunadamente me tocó en una fila de tres sin nadie en el medio. Solo el hombre de la ventanilla y yo. Como de equipaje de mano llevaba solo mi bolso, pasé de hacer fila. Solo me levanté de la sala de espera cuando vi que el final de la cola llegaba a mi altura. Me senté, dejé mi bolso bajo el asiento y observé cómo la gente se peleaba ferozmente por incrustar sus trolleys o mochilas arriba. Casi se le cae al señor de delante una mochila en la cabeza. Esta vez tuve la suerte de que no amenazara mi salud.

El chico al otro lado del pasillo tenía serios problemas para entrar en el espacio reservado a sus piernas. Pensé al principio que era holandés por la altura, pero su físico: moreno, ojos verdes, piel morena, pelo revuelto pero SIN gomina (minipunto para el larguirucho) no parecía especialmente tulipano. Luego vi que llevaba en su maletín un fonendoscopio (oooh médico) y que se sacaba su pasaporte en hebreo (ah, que era israelí). Me sentí como cuando viviendo en Holanda me fui a Alemania para volar a EEUU. Si este chico era israelí, ¿necesitaba pasar por Ámsterdam para ir a Madrid? Y el caso es que me pareció que le dijo algo a alguien en español. ¡¿Qué?! ¡¿Qué?! Mi vuelo son 2 horas y media y necesito entretenerme con algo, me había terminado el libro en el tren. Luego pasaron los azafatos con la comida, un holandés rubio más alto aún que intentó hacerse el gracioso cuando practiqué mi holandés con él. La próxima vez le hablo en español y le digo que se meta los sándwiches por donde no le da el sol.

En fin. Me reclama mi basura.

¡Ah! Y Felices Fiestas... Cuidado no os pille desprevenidos como al del dibujo:

jueves, 15 de diciembre de 2011

Kerstpakket o cómo es una cesta de Navidad holandesa


Este año es ya el tercero con "cesta de Navidad", y lo pongo entre comillas porque cualquier parecido con nuestro concepto de cesta navideña es pura coincidencia.

El primer año me llevé un chasco grandísimo, pero ya me lo tomo a pitorreo. Tienes la emoción de "¿qué va a ser este año?"

Mi primera cesta fue mítica con la comida para pájaros, todos lo recordamos. El año pasado tuvimos una cesta con temática asiática y este año ha tocado Latinoamérica.

¿Y los turrones?, pensaréis. Nada, nada navideño hay en la caja. El primer año me esperaba dulces típicos holandeses y alguna botella de alcohol buena. ¡Qué ingenuidad! El vino del primer año lo usé para cocinar porque no se podía usar para otra cosa. El año pasado ni vino, cervezas tailandesas que usé para cocinar también.

Y entonces ¿qué hay en la caja? Pues esto:

1. una ensaladera (es que nos montan la cocina, el año pasado era un wok, 4 boles y los palillos para comer)
2. las cucharas para la ensalada (claro, una ensaladera sin esas cucharas para coger la lechuga y que se te caiga todo lo demás son imprescindibles)
3. unos chocolates
4. bolsa de nachos
5. una lata con basílico (que resulta que es para plantarse, encima no está listo para usar, uf, mucho trabajo)
6. una lata de sardinas en agua (sí, ni siquiera en aceite)
7. un sobre con hierbas para burrito
8. dos botellas de cerveza Desperados
9. dos portavelas (¿para cena romántica a base de burritos?)
10. un paquete con 3 vasos floreados (¿y esto qué tiene de Latinoamericano?)
11. una bolsita de gominolas como las que te daban de peque en los cumpleaños
12. un paquete de tortitas para hacer burritos o fajitas
13. una paleta que no sabemos qué es
14. botella de salsa de curry con mango
15. una cajita de tés (sea como sea la cesta, todos los años nos meten una caja de té)
16. tarro de guacamole
17. una latita de piña
18. botella de vino tinto chileno (¿será bebible? bueno, esperaremos a que algún compañero lo beba antes y nos diga)
19. una botella para hacer las salsas para poner en la ensalada
20. un tarro para la salsa esta que se pone en los nachos
21. un bote de aceitunas
22. botella de zumo
La gata no estaba incluída en el lote.

Vamos, qué navideña se siente una comiéndose unos nachos y bebiéndose una cerveza Desperados en su vaso de flores. Lo que me preocupa es: si la cesta es Latinoamericana ¿qué hacían unas aceitunas con bandera de España ahí? Y otra duda que me ha entrado ¿quién leches usa una salsa de curry con mango? Creo que eso se va a caducar...

lunes, 12 de diciembre de 2011

Cotillas de libros

Siempre me he preguntado por qué (¿pur quéee? a lo Mou) la gente en el tren/metro/bus tiene la imperiosa necesidad de saber qué libro te estás leyendo. Puedo entender que se eche un ojo por encima al periódico, al fin y al cabo son noticias y no te hace falta leer desde el principio para saber de qué va la cosa.

¿Pero los libros? Ya sea porque te estás encorvando tanto sobre el libro que querrías entrar dentro de la intriga o por las risas del descojone (que te da vergüenza reírte así en público, y mira que tienes excusa) siempre hay alguien mirando a ver qué lees.

Y jode. Miraelcotillaestequememiraellibro... Y procuras que no vean qué libro es. Pa que se jodan. O aún mejor. Te ven toda intrigada, echan un vistazo... y está en otro idioma. ¡Ja! Nunca podrás leértelo maldito.

Pues hoy en el tren nada más entrar he ocupado mi asiento, y mientras me deshacía del bolso y el abrigo he dejado mi libro de La tournée de Dios sobre el asiento de al lado. Y el hombre que iba en frente, pero en el grupo de 4 asientos de al lado dejándose el cuello para ver qué libro era. Y todo descarado, que mira que me han entrado ganas de pasárselo y decirle "tome, tome, lea la contraportada, así lee usted de qué trata". Pero simplemente he hecho que seguía peleándome con mi abrigo, cosa, que, por otro lado, era totalmente cierta.

No me gusta que la gente que no conozco de nada tenga tanto interés por lo que leo. Soy una paranoica.

Nada, manías mías.

viernes, 2 de diciembre de 2011

¡¡Fuiii!!

Do You Love Me by The Contours on Grooveshark

Este año he vivido mi primera actividad para crear equipo. Después de casi 3 años, no es mala media, jaja. Después de mucho discutir (que llevábamos desde antes del verano para ver qué hacíamos) y de pasar por, entre otras cosas, wadlopen (que es cruzar andando desde el "continente" a las islas Frisias cuando baja la marea), visita al casino y grabar nuestra propia película, a Justyna se le ocurrió un workshop de splash painting con una cena de tapas en un restaurante cubano. Que además se ajustaba al presupuesto de 100 euros por cabeza y así el controler del departamento no nos prohibía la actividad, jaja.

¿Qué es eso del splash painting? Antes hay que ponerse en situación, por supuesto. Ahí tenemos a 14 personas con:
1. Ropas viejas debajo de un mono de papel XXL de color azul como ese que te dan cuando vas a visitar una granja, y con una capucha que hace que parezcas un condón,
2. Una mascarilla para mantener el olor lejos y
3. Unos zuecos.

Estábamos ideales de la muerte, una pena que lo primero que nos dijera el pintor fuera que para no partirnos la crisma mejor sin zuecos y con zapatos viejos. Pero para la foto todos con zuecos y la capucha puesta, ande va a parar!

Una vez en situación, volvamos al qué es splash painting. Pues resulta que te ponen un lienzo en el suelo y tiras pintura encima. Pero no de cualquier forma, hay que hacer capas para que haya profundidad y un mogollón de cosas más que no me acuerdo porque estaba escuchando a medio gas. Cuando me pasen alguna foto del cuadro ya la pondré.

El hombre nos dividió en 2 grupos y me tocó con un todo holandeses incluyendo al jefe. Nos tiramos como 10 minutos para elegir los 3 colores que íbamos a usar y encima elegimos mal... cogemos verde y magenta y resulta que no se podían poner juntos porque daban color caca. Bieeen. Pues a quitar el magenta con un trapo y echar amarillo por encima. Al final el resultado quedó guay porque el verde y el amarillo al extenderlos cogieron tonillos como de rojo. Y a tirar pintura. Todos pusimos nuestro chorrete de pintura y el jefe nos dio su opinión y nos animó. Sin tirar el pintura. Como buen jefe, supervisando y animando.

Después de como una hora con aquello, el hombre nos dijo que era hora de terminar. Y se quedó con chorretes verdes, amarillos, negros y uno grande rojo.

En el otro grupo estuvieron también de marcha y cuando terminamos el hombre nos dijo que se quedaba los cuadros para secar. Nos hicimos más fotos, ya todos con medallas de honor por el mono, las manos, hasta alguna con el pelo manchado.

Y de ahí para el restaurante a zampar. Yo no diría que fueran tapas ni que todo fuera auténtico cubano. Pero al menos estaba to mu rico. Eso sí, me quemaron en una oreja con una fuente de barro. Así que puedo afirmar que la comida estaba calentita.

Tapas. Todos sabemos lo que son, pero aquí no lo tienen demasiado claro, y además de estar obsesionados con el concepto tapa, ponen cosas que no son. Porque a ver, ¿una fuente con chuletas de cordero son tapas? ¿brochetas de carne con albaricoques y salsa de yogur? ¿albóndigas?

El día que descubran los pintxos no sé qué será de ellos...

PD. Fuii: lo que supuestamente había que decir al intentar hacer rayas verticales tirando la pintura con los dedos. Ni qué decir tiene que nuestro lienzo NO tiene de eso.