miércoles, 28 de diciembre de 2011

La nariz como un pimiento

¿Por qué cada vez que vengo aquí me llevo en la maleta un resfriado? Será que los fríos invernales tulipanos dejan patidifusos tanto a virus como personas.

Me duele la cabezaaa tututú.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Vacaciones que no lo son tanto

Heme aquí, sentada en mi antigua mesa de escritorio rodeada de una pila de mierdas varias. ¿Por qué cada vez que vengo a casa por vacaciones acabo haciendo cosas que no me apetece hacer? Como intentar disminuir mi sentimiento de síndrome de Diógenes. El lunes por la tarde vacié mis ocho cajones entre el escritorio y la estantería y aún no me he quitado todos los trastos de la mesa.

Por dios, cómo puedo tener tantas cosas!!! Y todo material de oficina: bolígrafos, plumas (si yo no sé usar de eso), marcadores fluorescentes, libretas de publicidad, hojas de archivador, carpetas, fundas de folios, calculadoras científicas (nótese el plural), típex secos, un bote de 1000 clips!!!

Y eso que no me ha dado como a mi hermana que está haciendo criba masiva de apuntes de la carrera. Eso requiere demasiada energía. Fíjate que solo de los cajones me dio un lumbago...

En fin, de vacaciones por Navidad. Estoy harta ya de que me digan "JAH, JAH, JAH (con eco) vuelves a casa como el Almendro". El primer año tuvo gracia un rato, ya no. Y de tour visitando a gente. Con la agenda a ver cómo hago, porque claro, la gente luego no está disponible y acabo quedando por la mañana con alguien y por la tarde a otro sitio.

Luego necesito vacaciones de las vacaciones, entre las agujetas de llevar el peso de mi Diógenes y el corretear de un lado a otro de la ciudad para ver a la gente.

Inciso, olvidé decir cómo fue mi viaje: afortunadamente me tocó en una fila de tres sin nadie en el medio. Solo el hombre de la ventanilla y yo. Como de equipaje de mano llevaba solo mi bolso, pasé de hacer fila. Solo me levanté de la sala de espera cuando vi que el final de la cola llegaba a mi altura. Me senté, dejé mi bolso bajo el asiento y observé cómo la gente se peleaba ferozmente por incrustar sus trolleys o mochilas arriba. Casi se le cae al señor de delante una mochila en la cabeza. Esta vez tuve la suerte de que no amenazara mi salud.

El chico al otro lado del pasillo tenía serios problemas para entrar en el espacio reservado a sus piernas. Pensé al principio que era holandés por la altura, pero su físico: moreno, ojos verdes, piel morena, pelo revuelto pero SIN gomina (minipunto para el larguirucho) no parecía especialmente tulipano. Luego vi que llevaba en su maletín un fonendoscopio (oooh médico) y que se sacaba su pasaporte en hebreo (ah, que era israelí). Me sentí como cuando viviendo en Holanda me fui a Alemania para volar a EEUU. Si este chico era israelí, ¿necesitaba pasar por Ámsterdam para ir a Madrid? Y el caso es que me pareció que le dijo algo a alguien en español. ¡¿Qué?! ¡¿Qué?! Mi vuelo son 2 horas y media y necesito entretenerme con algo, me había terminado el libro en el tren. Luego pasaron los azafatos con la comida, un holandés rubio más alto aún que intentó hacerse el gracioso cuando practiqué mi holandés con él. La próxima vez le hablo en español y le digo que se meta los sándwiches por donde no le da el sol.

En fin. Me reclama mi basura.

¡Ah! Y Felices Fiestas... Cuidado no os pille desprevenidos como al del dibujo:

jueves, 15 de diciembre de 2011

Kerstpakket o cómo es una cesta de Navidad holandesa


Este año es ya el tercero con "cesta de Navidad", y lo pongo entre comillas porque cualquier parecido con nuestro concepto de cesta navideña es pura coincidencia.

El primer año me llevé un chasco grandísimo, pero ya me lo tomo a pitorreo. Tienes la emoción de "¿qué va a ser este año?"

Mi primera cesta fue mítica con la comida para pájaros, todos lo recordamos. El año pasado tuvimos una cesta con temática asiática y este año ha tocado Latinoamérica.

¿Y los turrones?, pensaréis. Nada, nada navideño hay en la caja. El primer año me esperaba dulces típicos holandeses y alguna botella de alcohol buena. ¡Qué ingenuidad! El vino del primer año lo usé para cocinar porque no se podía usar para otra cosa. El año pasado ni vino, cervezas tailandesas que usé para cocinar también.

Y entonces ¿qué hay en la caja? Pues esto:

1. una ensaladera (es que nos montan la cocina, el año pasado era un wok, 4 boles y los palillos para comer)
2. las cucharas para la ensalada (claro, una ensaladera sin esas cucharas para coger la lechuga y que se te caiga todo lo demás son imprescindibles)
3. unos chocolates
4. bolsa de nachos
5. una lata con basílico (que resulta que es para plantarse, encima no está listo para usar, uf, mucho trabajo)
6. una lata de sardinas en agua (sí, ni siquiera en aceite)
7. un sobre con hierbas para burrito
8. dos botellas de cerveza Desperados
9. dos portavelas (¿para cena romántica a base de burritos?)
10. un paquete con 3 vasos floreados (¿y esto qué tiene de Latinoamericano?)
11. una bolsita de gominolas como las que te daban de peque en los cumpleaños
12. un paquete de tortitas para hacer burritos o fajitas
13. una paleta que no sabemos qué es
14. botella de salsa de curry con mango
15. una cajita de tés (sea como sea la cesta, todos los años nos meten una caja de té)
16. tarro de guacamole
17. una latita de piña
18. botella de vino tinto chileno (¿será bebible? bueno, esperaremos a que algún compañero lo beba antes y nos diga)
19. una botella para hacer las salsas para poner en la ensalada
20. un tarro para la salsa esta que se pone en los nachos
21. un bote de aceitunas
22. botella de zumo
La gata no estaba incluída en el lote.

Vamos, qué navideña se siente una comiéndose unos nachos y bebiéndose una cerveza Desperados en su vaso de flores. Lo que me preocupa es: si la cesta es Latinoamericana ¿qué hacían unas aceitunas con bandera de España ahí? Y otra duda que me ha entrado ¿quién leches usa una salsa de curry con mango? Creo que eso se va a caducar...

lunes, 12 de diciembre de 2011

Cotillas de libros

Siempre me he preguntado por qué (¿pur quéee? a lo Mou) la gente en el tren/metro/bus tiene la imperiosa necesidad de saber qué libro te estás leyendo. Puedo entender que se eche un ojo por encima al periódico, al fin y al cabo son noticias y no te hace falta leer desde el principio para saber de qué va la cosa.

¿Pero los libros? Ya sea porque te estás encorvando tanto sobre el libro que querrías entrar dentro de la intriga o por las risas del descojone (que te da vergüenza reírte así en público, y mira que tienes excusa) siempre hay alguien mirando a ver qué lees.

Y jode. Miraelcotillaestequememiraellibro... Y procuras que no vean qué libro es. Pa que se jodan. O aún mejor. Te ven toda intrigada, echan un vistazo... y está en otro idioma. ¡Ja! Nunca podrás leértelo maldito.

Pues hoy en el tren nada más entrar he ocupado mi asiento, y mientras me deshacía del bolso y el abrigo he dejado mi libro de La tournée de Dios sobre el asiento de al lado. Y el hombre que iba en frente, pero en el grupo de 4 asientos de al lado dejándose el cuello para ver qué libro era. Y todo descarado, que mira que me han entrado ganas de pasárselo y decirle "tome, tome, lea la contraportada, así lee usted de qué trata". Pero simplemente he hecho que seguía peleándome con mi abrigo, cosa, que, por otro lado, era totalmente cierta.

No me gusta que la gente que no conozco de nada tenga tanto interés por lo que leo. Soy una paranoica.

Nada, manías mías.

viernes, 2 de diciembre de 2011

¡¡Fuiii!!

Do You Love Me by The Contours on Grooveshark

Este año he vivido mi primera actividad para crear equipo. Después de casi 3 años, no es mala media, jaja. Después de mucho discutir (que llevábamos desde antes del verano para ver qué hacíamos) y de pasar por, entre otras cosas, wadlopen (que es cruzar andando desde el "continente" a las islas Frisias cuando baja la marea), visita al casino y grabar nuestra propia película, a Justyna se le ocurrió un workshop de splash painting con una cena de tapas en un restaurante cubano. Que además se ajustaba al presupuesto de 100 euros por cabeza y así el controler del departamento no nos prohibía la actividad, jaja.

¿Qué es eso del splash painting? Antes hay que ponerse en situación, por supuesto. Ahí tenemos a 14 personas con:
1. Ropas viejas debajo de un mono de papel XXL de color azul como ese que te dan cuando vas a visitar una granja, y con una capucha que hace que parezcas un condón,
2. Una mascarilla para mantener el olor lejos y
3. Unos zuecos.

Estábamos ideales de la muerte, una pena que lo primero que nos dijera el pintor fuera que para no partirnos la crisma mejor sin zuecos y con zapatos viejos. Pero para la foto todos con zuecos y la capucha puesta, ande va a parar!

Una vez en situación, volvamos al qué es splash painting. Pues resulta que te ponen un lienzo en el suelo y tiras pintura encima. Pero no de cualquier forma, hay que hacer capas para que haya profundidad y un mogollón de cosas más que no me acuerdo porque estaba escuchando a medio gas. Cuando me pasen alguna foto del cuadro ya la pondré.

El hombre nos dividió en 2 grupos y me tocó con un todo holandeses incluyendo al jefe. Nos tiramos como 10 minutos para elegir los 3 colores que íbamos a usar y encima elegimos mal... cogemos verde y magenta y resulta que no se podían poner juntos porque daban color caca. Bieeen. Pues a quitar el magenta con un trapo y echar amarillo por encima. Al final el resultado quedó guay porque el verde y el amarillo al extenderlos cogieron tonillos como de rojo. Y a tirar pintura. Todos pusimos nuestro chorrete de pintura y el jefe nos dio su opinión y nos animó. Sin tirar el pintura. Como buen jefe, supervisando y animando.

Después de como una hora con aquello, el hombre nos dijo que era hora de terminar. Y se quedó con chorretes verdes, amarillos, negros y uno grande rojo.

En el otro grupo estuvieron también de marcha y cuando terminamos el hombre nos dijo que se quedaba los cuadros para secar. Nos hicimos más fotos, ya todos con medallas de honor por el mono, las manos, hasta alguna con el pelo manchado.

Y de ahí para el restaurante a zampar. Yo no diría que fueran tapas ni que todo fuera auténtico cubano. Pero al menos estaba to mu rico. Eso sí, me quemaron en una oreja con una fuente de barro. Así que puedo afirmar que la comida estaba calentita.

Tapas. Todos sabemos lo que son, pero aquí no lo tienen demasiado claro, y además de estar obsesionados con el concepto tapa, ponen cosas que no son. Porque a ver, ¿una fuente con chuletas de cordero son tapas? ¿brochetas de carne con albaricoques y salsa de yogur? ¿albóndigas?

El día que descubran los pintxos no sé qué será de ellos...

PD. Fuii: lo que supuestamente había que decir al intentar hacer rayas verticales tirando la pintura con los dedos. Ni qué decir tiene que nuestro lienzo NO tiene de eso.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

¡Que viene Drácula!

Holandés, lo que se dice holandés no estaremos aprendiendo mucho, ahora, reírnos en clase un rato. Todas las semanas salimos de allí más confundidos con respecto al idioma tulipano, pero con una sonrisa.

¿Momentazo de la clase? Nos da el profesor un post-it con una profesión que el resto tiene que adivinar haciendo preguntas que se deben responder con sí o no. Empieza el juego, pregunta uno si la profesión es de hombre. No, es una mujer. Y el profesor nos da una pista para ayudar: está relacionado con Hollywood. Hombre, pues si es Jolibú lo mismo es... mecánica!! Para el siguiente participante la primera pregunta es ¿trabajas en una oficina? Sí. Y ahí va el profesor a echar una mano diciendo que esa profesión se hace cargo de disputas. Pues va a ser abogado. Para el tercero nos esmeramos más y el profesor decide que ya es que hablamos de un camarero dar como pista que "cuando te quieres relajar, vas a un sitio donde él trabaja". ¿Un spa?

Y por fin me toca. Mi post-it dice "espía". Y antes de decir ninguno esta boca es mía, el profesor nos brinda su inestimable ayuda diciendo que mi profesión es peligrosa. Ya ni preguntas ni leches, directamente a ver si aciertan van diciendo varias profesiones, pero claro, como nos falta vocabulario, pues en una mezcla de tulipano con inglés. Una pregunta que cómo se dice bombero (fireman) y ¿qué entiende el profesor? Nada menos que vampiro. Oiga, qué profesión más peligrosa y sufrida es ser hoy en día vampiro. Y sin seguridad social, encima que el ajo te produce urticaria, la sangre de hoy en día no es como la de antaño, las adolescentes se vuelven histéricas con tanto crepusculín...

En fin, aprendiendo palabras del día a día. Lástima que la semana pasada no estuviera cuando dijo cómo se decía prostituta xD

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Crónicas de Willy Fogg (y III): el fin

En fin, después de experimentar 2 comidas en el congreso digo que ni de coña voy a ir a la cena. Así que nos vamos al pueblo y voy pensando si el italiano o el griego. El italiano está un poco vacío. El griego... pues resulta que está cerrado. Italiano, pues.

A pesar de haberme encaprichado con la lubina el otro día, viendo la carta detenidamente veo que tienen dorada con gambas. Mmm. Difícil elección. Mientras una corriente gélida me da en el brazo desde la rejilla del techo, decido que va a ser una de champiñones al horno con vino y la dorada. Mi rápida decisión siendo mujer asombra a mis acompañantes. Gilipollas.

Y mientras me siguen torturando con la ventilación forzada ceno. Una delicia. Mirando por la ventana no se ve ni perry, esa es la vida de Egmond aan zee sin verano ni veraneantes.

De vuelta en el hotel hago la maleta y al entrar al baño veo que hoy solo me han hecho la cama. Qué ganas de pirarme de esa mierda de hotel. Ya estoy soñando con escribir una crítica en el tripadvisor. Y entonces, los chinos empiezan otra vez a chillar. ¿Pero es que nacen con un puto altavoz en la garganta?

Me encasqueto los tapones para los oídos y hasta al día siguiente. Pero en uno de los movimientos en sueños me giro un poco más y eyyyyyy casi me caigo de la cama.

PD. Resultó que al final sí había internet en la habitación y no solo en la tele. Había que encontrar un cable escondido vete-a-saber-donde y conectarlo a tu ordenador. Con mi suerte, habría explotado el portátil y parte del hotel con él.

Crónicas de Willy Fogg (II): en el super-mega-hotel

6:35 de la mañana, se oyen gritos en la habitación. Pero no es mi habitación, es la de al lado. ¿Gritos? No, más bien hablando a voces. Algo parecido al chino. Claro, tenía que ser a mí a quien le tocara tener a unos chinos chillones al lado. Joder. Me busco los tapones e intento volver a dormirme. Los sigo escuchando, pero me puede el cansancio.

La tecnología está en mi contra. Intento salir del hotel para ir a dar una vuelta por el pueblo, y cuando la puerta automática giratoria está a punto de dejarme salir, se lo piensa mejor. Atrapada sin poder ir ni hacia fuera ni hacia dentro. Empujo la puerta. Nada. Me muevo. Nada. Vuelvo a empujar con más ganas. Nada de nada. Coño. Vaya mierda de semana y solo estamos a lunes. Mientras rebusco en mi bolso para encontrar la llave y mirar a ver si hay un número de teléfono para decir en recepción que me tienen que rescatar, aparece un hombre por fuera, se mueve delante de la puerta y tachán tachán, empieza a moverse. Conclusión: debo estar súper delgada para que la puñetera puerta no me detecte. O eso, o soy un fantasma. Uuuh.

Empiezo a caminar. La niebla está tan baja que a penas se ve a 10 metros. Empezamos bien el paseo. Un frío de la leche y sin ver ni jota. No sé cómo pero mis pasos me han llevado enfrente de la oficina de turismo. Oigo "excuse me, excuse me" y una chica me dice que si puede hacerme una pregunta. Vacilantemente digo que sí y me suelta "anda, no serás española". Debo tenerlo tatuado. Me pregunta dónde están los parquímetros, le digo que venga a la oficina de turismo conmigo que lo sabrán mejor que yo que llevo 5 minutos en las calles del pueblo.

Una vez allí pillo un folleto para darme un paseo por el pueblo al módico precio de 3,5 euros!!! Me vienen a la cabeza todas las guías Lonely planet que tengo descargadas. En fin. Un frío de la lecheee. Dos horas después me he recorrido el pueblecito costero, hecho fotos, subido a un punto para ver las vistas del pueblo. La primera vez que he subido se veía niebla, me viene a la cabeza el libro de Stephen King; la segunda vez por fin he visto las vistas.

En cualquier caso vuelvo después de comer y me arreglo para la conferencia. Termina la conferencia, cenamos snacks de mierda holandeses. ¡Qué ascazo! Yo que había visto un restaurante italiano y otro griego en el pueblo tengo que comer eso y a esas horas. En fin, mañana me voy a resarcir, dudo entre la lubina a la sal o algo del griego. Mmm.

¿Y qué me espera al subir a la habitación? ¡¡LOS CHINOS GRITANDO!!

(en diferido, again)

Crónicas de Willy Fogg (I): La llegada

Pues aquí estoy, otro hotel, otro pueblucho en la profunda Holanda. A estas alturas ya he conocido unos cuantos hoteles en unos cuantos países. He tenido de todo: que si la ventana no cierra en pleno noviembre, que si se atasca el baño, no funciona internet, o si funciona es a precio del oro, el aire acondicionado funciona tan bien que me veo buscando la manta extra en el armario porque no sé apagar el cacharro. Sillas, sillones, tresillos!! Camas gemelas, blandas, duras, king size, con muelles sueltos (mejor no pensar por qué)...

Pero que llegue una a un hotel, encienda la luz y explote, dejando a todo el pasillo sin luz, nunca. Y que el tío que va a arreglarlo te diga, con toda condescendencia, que no vuelvas a encender esa luz, ya no te digo. ¿Cómo que no encienda la luz? ¿Y me quedo a oscuras toda la noche? ¿Gilipollas, eh? Menos mal que me han cambiado de habitación. Eso sí, tantas 4 estrellas que tiene este hotel a mí me da que le sobran 2 lo menos. El pasillo lleno de desconchones, las camas blandas, la tele cabezona, no hay internet. Tengo 2 butacas para una mesita pero ninguna silla en condiciones para el escritorio. Bueno, sí hay internet, con la tele. Ni wifi ni cable. No puedo tener internet en mi ordenador del curro. Flipo. El baño es cutrillo. Sí, es un wellness centre, pero ojo, que la piscina abre de 8 a 20 y hasta las 23 la piscina es parte de la sauna. Hasta ahí todo bien hasta que leo en la tarjeta de la llave que a partir de las 20, por ser parte de la sauna, no se permiten trajes de baño en la piscina.

Buaggggggggg que la gente se baña en pelotas en la piscina donde luego los demás nadan??? Yo que pensaba que iba a nadar estos días, conociendo la higiene rutinaria de los holandeses y cómo está este hotel, creo que paso de acercarme a esa piscina. Que te tienen que pegar de todo. Ahí pillas unas conjuntivitis de caballo.

Y no sé qué voy a hacer mañana, porque el hotel ofrece desayuno y cena. Pero nada de comida. Encima he llegado sobre las 21 y me he quedado sin cenar porque la cena se sirve ¡¡hasta las 20:30!! Joder.

(en diferido, como no había internet...)

sábado, 12 de noviembre de 2011

La expresión máxima del "Mmm lekker"


... o "Mmm qué rico".

Porque a quién no le gusta oler el culete a un perro. Hay veces que una piensa que los publicistas son gilipollas, que se fuman cualquier cosa o que esnifan el pegamento. Sinceramente, yo veo esto y me parece más una página zoofílica que una en la que te ayudan a buscar a tu perro ideal para adoptar. Que mira que ya no somos nada sin internet. Tener que encontrar un perro callejero en la web. Desde luego que va a ser verdad que nos estamos volviendo sedentarios y unos frikis.

Mientras en España los perretes se deprimen en los centros de acogida porque nadie se los quiere llevar a casa, aquí les montan shows y todo. Pides cita con el centro y te organizan un megaevento para enseñar a los perros. Ay, si me hubieran hecho eso con mi Navero... jaja.

Hasta tienen un perro del mes. Sorpresivamente es una perrita española. Es que aquí, como en Alemania, tienen bien arraigado lo de "salvar" perros trayéndolos de España, que somos muy malos con ellos, sobre todo con los galgos. Mirando en esa misma página veo que los perros españoles deben estar altamente cotizados, ya que abundan. Quizá podría ser una medida anti-crisis, empezar a exportar perros callejeros cobrando.


Sí, página traducida con Google para choteo del personal... Nótese que llaman a la perrita "bastard from Spain"... así, sutiles que son ellos...

Jaja, acabo de encontrar las otras dos versiones del anuncio. Por un lado, señora recién salida de la peluquería comprobando si el perro se ha tirado un pedo y el perro mirándola con cara de susto porque pensaba que nadie lo había notado. Y en la última, señor mayor disfrutando del aroma mientras el perrito mira con cara de circunstancias.

domingo, 30 de octubre de 2011

¿Cuál es tu estación preferida?

Siempre que me preguntaban esto respondía casi sin pensar: la primavera. Suficiente calor, la naturaleza parece en explosión de vida (lamentablemente eso incluye toda clase de insectos), empieza a haber cada día más luz...

Pero hace poco tiempo empecé a apreciar más el otoño. A pesar de que es muy bonito ver cómo los árboles desnudos empiezan a tener brotes y se cubren de verde, los colores no son tan llamativos como en el otoño. Ocres, verdes, amarillos, bermellón... Y cada árbol parece querer mostrar su propia personalidad entre un grupo de muchos.

Estamos en el momento de la estación en que muchos árboles empiezan a no tener ninguna hoja, pero al mismo tiempo, todos han mostrado sus colores, y en un paseo puedes encontrar cosas como éstas:



jueves, 27 de octubre de 2011

Momento surrealista del día

Llego hoy al gimnasio y resulta que no ha habido clase antes porque la gente está de vacaciones y no ha ido ni perry a, atención al nombrecito, Sh'bam (tu padre, por si acaso). Así que me voy a cambiar, subo y ya había alguien más esperando. El caso es que me siento y veo que en la mesa de al lado hay un hombre de unos, no sé, entre 45 y 50 años, de pelo largo, calvo y con coleta, esa combinación tan maravillosa de siempre, y con el chándal. Leyendo el periódico, pues no sé, un poco raro.

Sube la profesora a encender las luces y todo el tinglado y subimos para clase. En principio la cosa pinta chunga, solo estamos 3. Luego veo que llega ese mismo hombre a la sala. Coño, se habrá equivocado. ¿En serio que va a participar en la clase de bodyjam?

Aclaración: el hombre no parecía gay. Iba con su chándal, su coleta baja con la mitad de los abuelos fuera, barba. Con estilo. Le faltaba la birra en la mano.

Pues sí, va a bailar. Una sonrisa se me empieza a escapar por la comisura de los labios, pero me muerdo los carrillos y aguanto. Empezamos a bailar y yo a lo mío. Pero cada vez que giramos o la profesora se mueve y le veo en el espejo, me desconcentro. ¡Qué estilazo! ¡Qué forma de hacer círculos con las caderas! Sexy schouders! (hombros sexys). ¡Oyoyoyoy!

En los momentos en que me dejaba distraer y lo miraba bailar pensaba ¿pero es que este tío ha venido de verdad a bailar para ponerse buenorro? ¿o más bien ha venido a vernos mover el cucu? Porque oye, yo estoy segura que la mitad de los tíos que pasan por la calle se ponían a hacer estos ejercicios y acababan con la lengua fuera del cansancio y medio muertos. O ahora me viene a la cabeza el video de los de la Radio 1 de la BBC:



O lo mismo éramos víctimas de una cámara oculta... Yo creo que es esto último.

domingo, 23 de octubre de 2011

Should I stay or should I go

Momento difícil... me voy de paseo, aprovechando que hace sol (aunque un frío de cojones) o me quedo en casa dormitando y luego viendo otro de Breaking bad...

Difícil decisión...


Porque, parece mentira las veces que los domingos pesan en tu cuerpo, te hacen moverte más despacio, una simple actividad como cambiar las sábanas, poner la lavadora o recoger la ropa (ya no decir planchar, que eso es un mundo), requieren tanta energía que solo de pensar que tienes que hacerlo ya estás cansado.

Creo que me quedo en casa... O no, ya veré. Tengo que pensarlo un poco más.

domingo, 9 de octubre de 2011

A blast from the past

Directamente desde el pasado de mi infancia, paso por la calle y, ¿qué ven mis ojos? Los froto, vuelvo a mirar, no, no puede ser. Será otro modelo, no, espera, que sí, que sí, que es...

¡Sí! El color no coincide, pero ahí está: el Citroën GS pallas!! Los pilotos de atrás son inconfundibles. Y de repente me siento como hace tantos años atrás. Recuerdo el olor, cómo era el tacto de la tapicería de los asientos (que picaba y daba mucho calor), el trapo de limpiar las ventanas cuando se empañaban por dentro, el sonido de la ventanilla al bajarla con la manivela, el sonido del intermitente, la funda del volante, el asiento de bolas para el conductor y después para el copiloto también, la forma del retrovisor izquierdo (aún no había llegado el derecho), que no había cinturones, que cuando tuvimos el golpe enfrente del centro comercial yo iba con el walkman y empotré los morros en el asiento de mi padre.

Todos los recuerdos de golpe: las vacaciones, el levantarse temprano para "no ir con la calor", que arrancabas y había que esperar a que subiera el coche porque la amortiguación era hidráulica, las veces que tuve que manejar el volante mientras mi padre empujaba el coche para meterlo en el garaje sin tener que arrancar, las veces que habré vomitado en el coche de pequeña, lo difícil que era encontrar un sitio donde entrara, el recuerdo de las luces frontales iluminando y los mosquitos arremolinados alrededor, el calor que salía del capó, cómo era el maletero, la radio del coche, que era como un ladrillo y se le caían los botones. Aún recuerdo la vez que mi padre, al salir de casa, me dio el bolso donde lo llevábamos y me advirtió de que no se me cayeran para, a los dos segundos, ver cómo rodaban un par calle abajo.

Ay... y los últimos estertores del León, cómo iban dando explosioncillas las bujías y avanzábamos a trompicones en su último viaje.

¡Qué de recuerdos en un coche aparcado en una calle, en otro país, en otro mundo!

martes, 4 de octubre de 2011

Empieza muy bien...


Pero el final es un poco WTF!! (¡¡pero qué coño!!!). No sé yo si hoy en día eso de aparearse estará de moda. Lo mismo es que ahora los documentales de La2 son lo más de lo más.

Nusé.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Oigo voces



Después de unos cuantos días de escuchar esas canciones clónicas para las noches del sábado o las clases del gimnasio donde parece que todas son de Pitbull, necesito desintoxicarme.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Literatura de altos vuelos

Cada vez que estoy en España y me toca volver paso por la tienda de revistas en el aeropuerto. Más que una tienda parece un rastro. ¿Os habéis fijado alguna vez en la sección de revistas para mujeres? La verdad es que no hay ni que entrar, está todo fuera. Ves una mega pila de plásticos y sabes que ahí tienes que mirar.

Te regalan de todo. La última vez antes de esta semana estuve en julio. Es increíble lo que ocupaban los paquetones que acompañaban a la revista: bolsos de playa, chanclas, neceseres, sombreros, gafas y combinaciones de todo esto. Tiene una la sensación de que más que comprar la revista y con ella un regalo, te estás comprando un bolso que viene con revista.

Esta vez no fue menos: 3 neceseres a falta de uno, lápices de kohl, rímel, gafas... Así que claro, al final me compré algo. Creo que no me va a hacer falta comprar máscara de pestañas en una buena temporada...

Y una vez decidido el regalo (porque, seamos francas, todas elegimos la revista en función del regalo, no mintáis) a desempaquetar todo para poder meterlo en la maleta de mano.

Luego en el avión empiezas a leer... y a flipar. Pero vamos a ver, ¿desde cuándo se escribe todo en una especie de spanglish que da vergüenza ajena? Que si basic, que si cheap, we love, tailoring, it girl. Joder, es que imagínate la conversación de besugos incluyendo clutch, petit coat noir, stiletto, pitón, basic, bohemian, tweed, mohair, gorra de plato (por dios, ¿quién coño se pone eso para salir a la calle?), oversized, boyfriend, teddy... mecagoenlahostiaputa. Cuanto más termino fashion-osea menos cerebro parece que se tiene.

Debe ser que a mí esto de los fashionistas (que tiene cojones no saber darle un nombre en español de verdad, supongo que será para apartarnos de el mundillo en plan "a mí no me mire, no les conozco de naaadaaa") me pilla en chandal de estar por casa.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Podrían ser holandeses



Aunque no sé si llegarían a pensar en el truco o si les saldría humo de las orejas antes. Cortocircuito

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Regreso al futuro nimegiano

Hace un tiempo, cuando estábamos en proceso de búsqueda de nueva casa, intenté ver la ciudad en el modo street view de Google maps. Pero no funcionaba.

El otro día me puse a trastear y descubrí que ya se puede. Así que a cotillear. ¿Y cuál es mi sorpresa? ¡Que puedes viajar al pasado en función del punto exacto de la calle donde haces clic!

Así que si le das a una esquina de la calle ves esto:

Si te acercas un poquitín, casi el mismo coche, pero, tachán, tachán, el tiempo pasa y las obras cambian la calle...

Es cachondísimo, le das hacia delante, ves el presente, retrocedes, ves el pasado. Ya no hace falta un Delorean, solo Google y el coche negro. Y más barato en combustible, que el uranio desde Fukushima está mal visto. ¡¡¡Google maps es el portal del tiempo!!! Ya sólo falta que teletransporte.

¿Y si cambiamos de esquina en la calle? Pasado...

Y regreso al futuro:

Y además, hace un par de años, cuando miré mi casa en España descubrí que en la foto ¡¡¡se ve nuestro coche!!! Síiii, ahí está. Que mira que yo pensaba que las fotos las actualizaban o algo, pero no. El AX ahí en primera plana. Deberían pagarnos derechos. Y a la tienda de colchones.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Rainer Maria Rilke, 6.11.1902, Paris

La Pantera

Su mirada se ha cansado de tanto observar
esos barrotes ante sí, en desfile incesante,
que nada más podría entrar ya en ella.
Le parece que sólo hay miles de barrotes
y que detrás de ellos ningún mundo existe.

Mientras avanza dibujando una y otra vez
con sus pisadas círculos estrechos,
el movimiento de sus patas hábiles y suaves
va mostrando una rotunda danza,
en torno a un centro en el que sigue alerta
una imponente voluntad.

Sólo a veces, permite en silencio, la apertura
de los cortinajes que ocultaban sus pupilas;
y cruza una imagen hacia adentro,
se desliza a través de los tensos músculos
cae en su corazón, se desvanece y muere.

---x---

Der Panther

Sein Blick ist vom Vorübergehn der Stäbe
so müd geworden, dass er nichts mehr hält.
Ihm ist, als ob es tausend Stäbe gäbe
und hinter tausend Stäben keine Welt.

Der weiche Gang geschmeidig starker Schritte,
der sich im allerkleinsten Kreise dreht,
ist wie ein Tanz von Kraft um eine Mitte,
in der betäubt ein großer Wille steht.

Nur manchmal schiebt der Vorhang der Pupille
sich lautlos auf -. Dann geht ein Bild hinein,
geht durch der Glieder angespannte Stille -
und hört im Herzen auf zu sein.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Seguimos informando

Al parecer el epicentro ha sido muy cerquita de donde trabajo. Ya me imagino el techo falso de la oficina en el suelo, como hace un par de semanas que cayó una tromba de agua y se nos mojó la oficina.

El tembleque

Terminamos de cenar, me levanto con el plato, se lo dejo a mi compañera de piso en la pila y de repente me dice: "Oye, ¿qué ha sido eso que se ha movido la casa?". Yo como no he sentido absolutamente nada pensaba que serían los vecinos, que cuando cierran de un hostión la puerta de casa nos tiembla el suelo. "Pues serán los vecinos cerrando la puerta".

Bien. Pasan unos minutos y empieza a sonar su móvil. Que tiene cojones la cosa, oigo yo siempre su móvil, en su bolso, en su habitación en la planta baja sonando, y el mío no lo oigo nunca. A este paso me voy a tener que poner la canción pestosa que lleva ella a ver si así me entero.

Se pone a hablar con un amigo y le pregunta si ha notado algo. Pues vaya, va a ser que los vecinos no dan portazos tan fuertes como para que se sientan al otro lado de la ciudad.

Empieza la caza y captura de la noticia en internet. Al final ha resultado ser un seísmo de 4.6 en la escala Richter con epicentro en la frontera.


Ahora tengo a Helena en plan Antoñita la fantástica pensando que la casa se nos va a caer encima porque esto va a ser como Japón. Ya ves, y si llega a ser por mí me habría enterado del temblor en la oficina porque me lo preguntaran los compañeros holandeses. Increíble como una lluvia torrencial me despierta en medio de la noche pero no siento ná del 4.6 este.

Si es que este país tiene de todo: lluvia, nieve, sol (poco), porros, bicis, canales, vacas, ovejas, rubios, morenos, pelirrojos (increíble la cantidad de pelirrojos, ya hablaré en otro momento de eso), granjeros, gomina, más gomina... y hasta terremotos.


View Larger Map

martes, 30 de agosto de 2011

Palabras que llenan la boca

El otro día mientras iba en la bici de repente me vino una palabra a la cabeza: gilipuertas. Hace siglos que no la digo, pero mira, así como que me acordé de ella. Siempre me maravilla lo prolífico del español para los insultos, todos los demás idiomas a su lado en ese aspecto palidecen. Es un poco frustrante tener que usar siempre la misma gama (estrecha) de palabras.

Y así de repente me acordé de la hermana mayor de gilipuertas: gilipollas, que llena aún más la boca (ahora viene algún listo hablando de las bocas llenas de pollas, que me lo imagino). Además, dicha haciendo hincapié en la P: giliPPPollas. En fin, mi memoria empezó a divagar, como casi siempre en la bici, y me acordé de cuando mi abuela llamaba gilipollas a mi abuelo regodeándose en la palabra. Joder, lo que se reía él.

Mi abuela, una señora que cuidaba bien el idioma español, enseñándome maravillosas expresiones como "Esto es una risión", "¡Qué tendrán que ver los cojones pa' comer trigo!" o "Ay mi chica, come más que estás muy delgada". Jo, y qué croquetas que hacía.

Tengo muchas dudas en mi vida pero algunas cosas sí que las tengo claras: 1. las croquetas de mi abuela eran únicas, 2. la tortilla de patatas de mi padre hace que se te salten las lágrimas de lo rica que está, y 3. nunca podré hacer las croquetas ni la tortilla tan ricas.

Debo averiguar cómo se dicen cosas tan peculiares en holandés. Porque palabras que sean tan sonoras... no sé, ¿'s Hertogenbosch?

domingo, 28 de agosto de 2011

El trabajo que da la basura

- Chicas, tenéis que explicarme lo de la basura...

Ayer no paraba de reírme con la conversación. Tratar de explicarle a otro español cómo funciona el sistema de basuras en Holanda es toda una experiencia. Aún me acuerdo del trauma.

- A ver, se separa, vidrio, papel, plásticos, orgánico y el resto. Se recoge la basura una vez a la semana.
- Pero mientras habrá algún contenedor para echarlo ¿no? (La ilusión es lo último que se pierde)
- No
- ¡¿Quéee?!

Pues sí, sí. La basura, que tiene que ir en bolsas especiales que se compran en el supermercado al maravilloso precio de 5 euros 10 bolsas. Supuestamente la basura orgánica se separa porque se recicla, pero es que hay que tirarla sin bolsa a un contenedor de piedra que hay en la calle. Si estáis flipando entenderéis a nuestra compañera que preguntaba ayer. En las bolsas verdes especiales va "lo que sobra". Vamos, que salvo vidrio, papel, plásticos y orgánico, todo va a la verde.
Multiplica esto por todos los vecinos del barrio. Nos invaden las bolsas mal cerradas.

Nos preguntó luego por el papel, porque claro, la semana pasada que tuvieron la mudanza por la tarde pasaba el camión y se llevó unas cuantas cajas que pudieron sacar, pero ahora querían tirar todas las demás que les han quedado. Cuando le dijimos que tenía que esperar al mes siguiente porque el papel lo recogen mensualmente casi le da un infarto. Pobre.

Es que es impactante, jeje. Y eso de que la basura solo pasen a recogerla semanalmente hace que tengas un criadero de moscas de la fruta de fliparlo, sobre todo en verano. Nosotras hemos pensado venderlas para los departamentos de genética del mundo. Mientras tanto, la gata intenta cazarlas, pero sin mucho éxito.

Así que si no tienes una terracita o jardín para dejar tamaña cantidad de bolsas, papeles, cartones y vidrios se te queda la casa que parece un búnker de mierda.

Y lo mejor de todo, la empresa que lleva la gestión de todos los desperdicios tiene un cartel que parece de detergente. Hasta el eslogan parece de detergente: "...en 't is weer fris!"=...y otra vez está fresco (joder ¬¬, esto lo digo yo, no el eslogan, para dejarlo claro).


Me imagino si esto fuera así en España. Si ya se monta un ejército de ratas solo con los contenedores y las veces que hay huelga... Tú intenta convencer a la gente de que solo saque las bolsas una vez a la semana... Ya les duele tener que hacer el esfuerzo de levantar la bolsa y meterlo en el contenedor (o tubo al vacío si hay recogida neumática), pues no te digo nada si hay que llevar tanto trajín con las basuras. Nos comía mierda.

jueves, 25 de agosto de 2011

¿Me rindo?

Tengo que afrontarlo: más de dos años y medio en este país y aún no hablo el idioma. El otro día intenté pedir cita en el médico y resultó que llamé al número de urgencias. La señora no hablaba inglés y... un horror. Necesito ponerme las pilas. El problema es que me entra cargo de conciencia por estar jodiendo lo poco de alemán que me queda. Me dan ganas de volver a estudiar alemán, y entonces me siento culpable porque debería concentrarme en el holandés.

La historia empieza así: planeas mudarte al país, piensas que te asentarás, aprenderás el idioma, te relacionarás con la fauna autóctona, harás amigos, te adaptarás... pero algo falla. No aprendes este idioma ni pa' atrás.

Me he descargado un libro que se llama Why you hate learning Dutch (Por qué odias aprender holandés) y se refieren al idioma como el pequeño monstruo. No lo podría haber definido mejor, jaja. Tiene toda la razón, esto va por fases:

1. Emoción ante la aventura: crees que en unos pocos meses podrás defenderte.

2. Choque contra la pared de hormigón llamada realidad: este puñetero idioma no se deja fácilmente.

3. Subidón: unas cuantas clases, algún libro y todo encarrilado.

4. Hostión contra la realidad: te dan clases que no tienen ni pies ni cabeza, creen que aprenderás el idioma a base de leer frases. Ósmosis lingüística, por lo que se ve.

5. Desánimo e indiferencia: llevas unos meses metido en las clases, la lectura, intentas poner la oreja en conversaciones ajenas pero nada.

6. Pues que sea en inglés: total, cada vez que has intentado pedir algo en las tiendas en holandés te han terminado hablando en inglés. Para qué esforzarse. Y con lo que les gusta a los tulipanes mostrar que ellos saben idiomas.

7. Le das otro intento: por si ese libro de autoaprendizaje que te regalaron funciona. El problema es que no lo abres en meses, ¡meses!

En fin, que estoy en una fase indiferente total. Pero ese pequeño monstruo empieza a ser cabreante y molesto. Me pongo la radio y no entiendo nada. Y me viene a la mente que en Alemania después de llevar allí 2 semanas ya entendía la información del tráfico de la radio :_(

Pero aún así me he descargado el libro. Supongo que no puedo rendirme. Y me encuentro cosas como... "el holandés es el idioma más cercano al inglés. Pertenecen a la misma familia lingüística. El holandés y el inglés son como hermano y hermana". Sí, claro, como el hermanastro deforme y la dama delicada.

¡Joder! Me gustaría poder leer el periódico en holandés xD

jueves, 18 de agosto de 2011

Malentendidos lingüísticos

Hay que ver lo gracioso que nos parecen algunas veces expresiones y/o palabras en otros idiomas. Parece que de repente nos sale el niño que vive aún dentro de nosotros y así pasa, que acabamos riéndonos de tonterías como el pedo, culo, caca. La escatología nunca nos abandona. Y más si se trata de reírnos de otros países. O de otras regiones.

Para muestra, una foto (haced clic, pa verlo en toda su esplendor xD):


Esta mañana durante la comida los colegas holandeses intentaban explicar por qué los del sur hablan de forma "poco inteligente". Pues qué quieres que te diga, el poco inteligente me parecía el que me lo estaba explicando, y eso que era de Utrecht... Pero claro, deben ser chistes internos, como eso de pensar que por ser alguien andaluz va a ser chistoso. Luego se han puesto a hablar en holandés de cómo en un concurso o algo así hablaban de un Witte Tony que para los norteños sonaba a Witte Tony, pero para los sureños era una coña porque se parece mucho a "weet je of niet", o algo asín, que una no está muy puesta en esta mierda de idioma que no entienden ni ellos.

Es que esta gente tiene a veces un sentido del humor tan infantil... seguro que se reirían de lo del Rabobank y la Rabo mansión si supieran español. Luego claro, les salgo con un humor negro cafre y no saben por dónde pillarlo. O Helena intenta hacer un chiste con algo que nos cuentan y le sueltan que "es que no lo has entendido" ¬¬

Les faltan un par de hervores...

Y así por asociación de ideas me acuerdo de una vez en el restaurante griego-italiano, yo pidiendo un refresco, seis cervezas y una jarra de Lambrusco en holandés. Diciendo zes que es seis y el tío mirandome con caras raras (por lo visto se pensaría que le decía seks). Y venga a explicarle lo que queríamos y venga a mirarme raro. Al final claudiqué y se lo pedí todo en inglés, y seguía mirándome con cara de asobinao. Yo creo que se había pasado por el coffeeshop de al lado, porque al final solo trajo el refresco.

Edito: si ya lo decía yo al principio de la entrada, que hay veces que nos hacen gracia expresiones en otros idiomas. Me dice mi compañera de piso portuguesa que se descojona con lo del asobinao...

martes, 16 de agosto de 2011

Otro descanso pa' mis pies

Hoy se terminan mis vacaciones. Creo que voy a tener depresión post-vacacional unida a morriña. Aunque una cosa no creo que eche de menos: patear ciudades. En una semana hemos debido caminar cientos de kilómetros. No tenemos moderación. Hay que verlo todo todito todo. Hasta que ardan los pies. Hasta marcar todo en el mapa. Hasta que vas caminando sin hablar porque no tienes ya energías, jaja.

Lo más destacado:

- Mogollón de billetes de tren, casi todos comprados a nuestro amigo calvo de la estación del sur.


- Trenes de todo tipo, vecinos apestosos de tren incluidos.

- Una sopa de tomate que nos sentó divinamente.

- El Timory, las tres horas entre traer un plato y otro, la ensalada Southern style, el té gratis y el muffin...

- El sushi en el sofá.

- Una Gouden Carolus rica, rica.

- Que pretendieran vendernos un mapa de una ciudad para un par de horas. No hijo, no, pinta sobre este tan mono que me dieron el otro día en la oficina de turismo.

- El gofre con fresas y chocolate que nos zampamos en la calle del Manneken pis.

- El hombre haciéndonos un book de fotos en la Gran Place.

- El hotel de puta madre durante 5 noches y el mierdoso para la última, con su puerta de acordeón para el baño.

- Las napolitanas quemadas.

- Que el idioma más escuchado fuera el español y que la gente no nos quisiera hablar en inglés sino en español.

- La tía del archivo diciendo que cerraban.

- Los malabares económicos para poder darnos un paseo en barca por los canales el último día.

Lo peor: tener que despedirme hoy en el aeropuerto de mi sister :(

martes, 26 de julio de 2011

Creatividad

Hace poco, visitando una ciudad topé con esta señal mientras una amiga estaba haciendo una foto de algo histórico-turístico:


Original. Me gustó más que el monumento que habíamos ido a ver. Me recordó a la galería de arte que tenemos cerca de casa. Es una pena que nunca sacara fotos en su momento, pero tienen exposiciones bastante curiosas.

Un día, volviendo de la estación me encontré cara a cara con una oveja armado con un kalashnikov apuntándome. ¡Ostia! Se me escapó una risa tonta y entonces miré por el ventanal: la habitación estaba llena de ovejas armadas con fusiles y una tenía los brazos en alto como gritando "alalalalala" (no sé, se me ocurrió que eran ovejas afganas, psá).

Unas semanas después, tras mucho pensar "joder, se me ha vuelto a olvidar la cámara de fotos", las ovejas se habían marchado para dar paso a unos cactus de cartón piedra. Aunque estaba curioso no me gustó tanto como las ovejas talibanes. A las pocas semanas pasó a ser una exposición de minicuadros.

Yo me sigo preguntando qué galería de arte es esa, ya que nunca está abierta. Es solo una habitación, con un ventanal de esos holandeses tipo escaparate, la puerta de cristal y ya.

Al poco tiempo volvió a cambiar en una especie de coral hecho con lana que cubría el espacio entre paredes, techo y suelo.

No entiendo absolutamente nada de arte, y menos el moderno, pero esta galería me tiene intrigada y siempre miro curiosa qué novedades trae.

Pero sigo echando de menos a la oveja...

domingo, 24 de julio de 2011

De cómo conducir si eres holandés

1. Saldrás derrapando del stop.
2. Aparcarás de oído.
3. Una vez aparcado, abrirás la puerta con fuerza para golpear el coche del vecino.
4. Nunca, jamás, y digo JAMÁS, reducirás la velocidad cuando te acerques a un paso de peatones. No debes mostrar debilidad.
5. Las maniobras que requieran ser hechas despacio las harás quemando rueda (véase 1) y las que requieran velocidad, se harán despacio.
6. El carril de la izquierda es para ti. Durante todo el viaje. No importa que te den las luces, te arrimen el morro o se caguen en toda tu familia. Y más si eres un camión adelantando a otro.
7. El aparcamiento es buena zona para ir a más de 30 km.
8. La mejor forma de aparcar es subiendo dos ruedas a la acera y dejarse caer. Y si lo combinas con la numero 2, mejor que mejor.
9. Adelanta bicis ocupando el carril contrario, y cuando un coche vaya a girar para ir a ese carril que ocupas, bloquea el tráfico. Les encantará.
10. Recorta en todos los giros, te dan puntos por llevarte a los ciclistas. Ah, no.
11. Cuando adelantes y quieras volver al carril derecho (si no te gusta la número 6), no esperes a ver al coche por tu retrovisor. Tú simplemente da el intermitente y el pringao ya se apartará.
12. Nunca, jamás, y digo JAMÁS, cederás el paso para que un coche se incorpore. Es de débiles.
13. Si se aproxima una bici desde la izquierda o la derecha, derrapa para salir, sobre todo si llevas un remolque detrás. Las bicis vienen con frenos ahí-va-ese de serie.
14. Bloquea los cruces de peatones y bicis cuando bajen las barreras del tren.
15. Nunca pares en los cruces para bicis, sobre todo al lado de las vías del tren, es más, acelera a muerte.

martes, 5 de julio de 2011

Peligro: recién casados

Hace un par de semanas o así estaban de obras en el centro de la ciudad donde curro, así que me fui por un camino alternativo por el que en lugar de pasar por la calle principal hacia la estación, me meto entre callecitas residenciales. Pues casi al final, y ante mi asombro, me encuentro en un jardín una señal enorme de peligro con dos pares de pies, unos hacia arriba y otros hacia abajo (no sé cómo explicarme, pero daban una idea perfecta de a qué se referían). Entonces miré a la ventana y lo entendí todo perfectamente: una cenefa de esas que suelen poner Happy birthday pero en esta: Recién casados. Sorry, pasé hoy otra vez por la calle pero ya han retirado la señal, debe ser que daba demasiados detalles, jaja.

Aja... no entiendo esas manías locales de exponer en el jardín todo lo que ocurre en la casa. Cuando nace un bebé, ese jardín parece un rastro: cigüeñas empotradas en las ventanas o colgando de la terraza, figuras de dibujos animados con el nombre bien grande del niño o niña (el otro día me traumaticé porque a un niño le habían puesto... ¡¡Anno!!, por dios, que no le manden de intercambio a España), bebes hinchables gigantes ante la entrada...

A este afortunadamente no le pusieron nombre de culo.

Cuando se cumplen los 50 también se monta la exposición en el jardín. Que si señales de 50, globos, banderitas, fotos del/a homenajedo/a, monigotes de una persona mayor, la fiesta en casa... Hasta me han contado que en algunos sitios contratan a una persona que se hace pasar por el monigote para cobrar vida ante los invitados que llaman a la puerta (esto será para ahorrarse un cubierto más).

No me extraña que aquí todas las casas tengan un jardincito en la entrada. Es para exponer su vida (aún más, porque mira que con el escaparate...).

sábado, 2 de julio de 2011

Como los panes y los peces, pero en magdalena

Hoy le ha tocado a mi compañera de piso hacer la lista de la compra. Una vez en el supermercado la he dejado en la zona de verduras y me he ido a por cosas para el desayuno. Después de los bricks de leche, a por guarrerías light. Como solemos coger magdalenas he pilado un par de paquetes (ehhh que vienen de dos en dos, no os imaginéis las bolsas grandes de La bella easo) y he seguido con las compras.

Ya en casa al guardar las compras descubrimos que mientras yo buscaba los congelados ella también se fue a por magdalenas para desayunar. Resultado: no nos faltaran grasas saturadas en los próximos días.

Es curioso lo de los supermercados por aquí. Por supuesto, cada vez que cambias, no sólo de cadena, sino de local, todos los pasillos cambian. Todos. Y lo mejor es que nunca hay carteles que te digan qué hay, así que acabas paseándote por toda la superficie con tu cesta y mirando curiosa al resto de la gente. Una puede encontrarse desde las medias al lado de las revistas, hasta la comida de gatos enfrente de las conservas, pasando por las plantas al lado de la fruta. Por lo verde será, porque de higiene más bien poquito... Especias junto a los zumos, puré de patatas encima de las patatas de verdad, papel higiénico en frente de la arena para gatos, las bolsas de la basura que te las da la cajera. La sección de frutas y verduras a temperatura ambiente.

Hasta hace poco, en uno de los Coop el atún estaba al lado de las patatas fritas. Un día desapareció y nos costó unas cuantas visitas darnos cuenta de que había encontrado su sitio junto a las conservas de carnes.

Claro, así, para hacer una lista de la compra en condiciones...

martes, 28 de junio de 2011

Inconexo

No, no va a ser un tercer round sobre el tiempo, no. Aunque que sepáis, que hemos rebasado los 30º y estamos cercanos a la fusión. Eso sí, se están poniendo unas nubes que vamos, decían que hoy iban a haber tormentas y hasta granizo del tamaño de huevos de gallina. Ya, veremos. Que también decían que hoy iba a llover todo el día y esto está más seco que el ojo la Inés.

Resulta que tenemos asbesto en el edificio del curro. El otro día, al abrir el internet explorer le hice caso a la página de la intranet donde ponen noticias y comunicaciones. No le hago mucho caso casi nunca, solo cuando Helena me dice "Oye, ¿has visto tal o cual cosa?". El caso es que el otro día me dio por mirarlo (en vez de mirar El País) y vi algo de asbesto. Entré en la noticia y vi que algunas partes del edificio, por suerte lejos, muy lejos de mi oficina, se construyeron en los 70, con asbesto. Así que ahora tienen que quitarlo.

Me olvidé del tema. Pero el lunes, al ir a la cantina vimos que tenían como baños portátiles en el pasillo. Y me acordé de que iban a quitar el asbesto. Realmente no eran baños portátiles, sino puertas de un nosequé de contención para que el asbesto no salga de la zona controlada y blabla.

Me acordé del día que estuvimos en el lago. Había baños portátiles. No sé si habéis entrado alguna vez en uno de estos baños químicos, pero esos estaban limpios, ¡y había papel! Bueno, también había una peaso de araña en una esquina sobre mi cabeza, pero decidí no mirarla y yo a lo mío. Espero que ella también estuviera a lo suyo y tuviera la decencia de no mirar.

En la puerta de casa también hay una araña. Helena no la mata porque dice que su madre le decía de pequeña que las arañas son dinero. Claro, y me ablanda con ese argumento de peso (sí, ya, como si fueras tú a matarla sola, estaréis pensando. Estooo). Pero secretamente estoy deseando que su gata pase por allí y la vea, porque le gusta jugar con arañas, y moscas, moscardones, vamos, todo lo que se mueva, hasta que ya no se mueve más. Eso me gusta, jeje. Cazadora de moscas. El problema es que con el calor que nos ha venido la basura se ha convertido en papilla para la cría de moscas de la fruta y a la gata no le da para exterminarlas a todas. Deberíamos entrenarla.

domingo, 26 de junio de 2011

¡¡¡Yuju!!!

Pero durará poquito.

Por cierto, no, no me he vuelto monotemática hablando sólo del tiempo.

viernes, 24 de junio de 2011

Toma verano

El verano se nos está resistiendo... o ya pasó. Frío, viento, lluvia holandesa, lluvia torrencial, tormentas, ¡granizo!, rayos... y el arco iris

Esta me ha encantado, con el arco iris brillando.


Creo que esta da una idea de cómo llovia... y con sol.


miércoles, 22 de junio de 2011

Momentos raros

Hay algunas veces que vives un momento y como que tu mente se desdobla. Al mismo tiempo vives la experiencia y la analizas como un observador externo. Y piensas, joder, pero, ¿y esto?

Como cambiarte de casa y descubrir un día que tu vecino de enfrente es un profesor de educación física que tuviste en el instituto. Y otro día, estás en el portal esperando a que él abra la puerta porque ha llegado antes y se te queda mirando y te dice "Oye, ¿a ti no te daba yo clases?" al tiempo que se le cae un cepillo de dientes de la mochila, te agachas, se lo das y de forma evasiva le dices que sí, que te daba clases, dices el nombre del instituto y te pregunta qué tal. Hombre, pues sigo en ese instituto... Pero al mismo tiempo no paras de pensar que joder, el cepillo se le ha caído al suelo, ¿no debería tirarlo? O quizá es que lo usa para otras cosas...

Seguí viendo a mi ex-profe de gimnasia. Un día, cuando yo no estaba, se dejó las llaves de casa puestas por dentro y cerró la puerta. Llamó a casa y le pidió a mi padre saltar de la ventana del baño de nuestra casa a la suya, que estaba abierta (este profesor nunca destacó por sus luces). No se piñó finalmente, no. Recuperó sus llaves. Luego los dueños del piso se vinieron a vivir y él se tuvo que ir. Aún recuerdo a la madre de la vecina a grito pelao quejándose de lo sucio que estaba el baño.

En fin, que me salgo del tema. Momentos raros.

Esta tarde al llegar a la estación llovía a mares. No, esto no es raro de por sí. A pesar de que ya estamos en verano tenemos 12º y la calefacción en casa salta de forma automática. Ya ves, 22 de julio y muertecitos del frío en la oficina. Iba andando para casa con el paraguas y se me acerca una mujer, con el pelo chorreando, el rímel alrededor de los ojos en plan oso panda y hablándome no sé qué de un teléfono. Así que le he dicho, con un acento horrible que no hablaba su idioma y me he encogido de hombros mientras pensaba "sí hombre, le voy a dejar mi teléfono de la empresa, a ver si va a llamar a China, no, no, a China llamo yo si me da la gana. ¡Hombreya!". La verdad es que ni si quiera sabía si había dicho algo de un teléfono o qué.

Unos metros más adelante, esperando en el semáforo, convenientemente apartada de los charcos y los coches se me acerca una chica, calada hasta los huesos y me dice si me puede hacer una pregunta. A ella le he contestado en inglés que no hablaba su idioma. No me ha dicho más. ¿Sería familia de la otra mujer?, iba yo pensando. ¿Y se habrá ido a buscar un teléfono? ¿No sería mejor buscarse un bar para no mojarse?

domingo, 19 de junio de 2011

Olores a pies

Es curioso cómo a veces la nariz nos traiciona. Una desearía tener congestión nasal selectiva y perder en ciertos momentos el sentido del olfato (y más desde que en cierto país algunas personas parecen ser alérgicas al agua y jabón y/o aún no se han enterado que además de la ducha hay que usar la lavadora).

El otro día en el tren, a pesar del tiempo puñetero que estamos teniendo para ser junio (que me lo digan a mí, que en esta semana he llegado a casa hasta los huesos por la lluvia, la última esta mañana, mis zapatillas haciendo chof chof) decidieron mantenernos jóvenes con el aire acondicionado. Además de estar empezando a coger frío empecé a notar cierto olor... a pies. Sí, sí, ese olor a pies y humedad que sale cuando conectas el aire acondicionado en el coche y que es por el filtro. Joder, qué tufo... y qué frío, me daba vergüenza y al final no me puse el abrigo, que era lo que estaba deseando hacer.

Me puse a pensar que cuando te huelen los pies se dice que huelen a queso. Pues no, el olor del tren no era a queso (si no me hubiera muerto en más de una hora con ese olor nauseabundo, puaggg). El famoso Eau de pinrel es sólo uno de los muchos olores que asociamos a comidas, como el de huevos podridos (¿pero cuántos huevos podridos habremos realmente olido alguna vez?), croissant (este una amiga cuando se quemaba el motor de un coche), pescaílla (sin comentarios), etc.

Por suerte llegué a mi destino y me bajé de aquel tren con olor a pies (aunque mejor olor a pies que otros olores que nos tocó aguantar en el tren a Düsseldorf...).

A la vuelta el olor cambió. Como perdí el tren y me tocó esperar media hora iba ya casi vacío. En el vagón de primera iba sola y de repente llegó un olor a cerdo... joder, miré alrededor por si acaso y me olisqueé a mi misma, por si las moscas. Pero no, era el olor del paisaje: granja de cerdos.

A ver si desarrollo la congestión nasal selectiva, nunca se sabe qué olor respirarás en el tren...

lunes, 13 de junio de 2011

Misterios sin resolver...

Desde luego que cuando uno planea un día nunca sale como previsto. Unas veces se tienen altas expectativas y todo se va a la mierda, otras, un día anodino se transforma hasta ser una jornada inolvidable tan sólo con responder al teléfono. Lugar exacto en el momento justo.

No es que me quiera poner trascendente, pero ¿cuántas veces habías pensado quedarte en el sofá de casa sin hacer nada, decides salir a tomar una cerveza y llegas a casa a las 5 de la mañana habiendo disfrutado como los enanos? A mí alguna me ha pasado, como el día del concierto en la bici, jaja.

O noches bizarras, de esas que piensas si estarás siendo objeto de la cámara oculta, tíos llamándote "chica pequeña" en el idioma autóctono, robándole el taburete a una amiga, borrachos cogiendo un cacahuete y contándole una milonga a tu amiga sobre "la semilla del amor", más borrachos dando la plasta hasta que otra amiga los manda a tomar viento fresco gritando en medio de un bar que no le gusta y que huele mal...

Todo esto viene porque hoy pensaba salir al gimnasio, ir a comprar un regalo, volver a casa y comer, ir al super y encostrarme. Pero no... salí de casa a las 11 y volví más allá de las 16 con 120 euros menos en el bolsillo. Eso sí, muy bien gastaos, jaja. Todo por encender el móvil después de salir del gimnasio. Oportunidad, que dicen.

miércoles, 8 de junio de 2011

Me he apuntado al gimnasio (parte tres)

La primera semana bien.

La segunda semana un poco cansada, pero bien.

A la tercera semana me dio un tirón y decidí no empezar con step.

Luego en spinning se me agarrotan algunas veces los dedos de los pies pero aguanto como una jabata.

Me hago una herida en un talón y no me puedo poner las zapatillas ergo, no hay gimnasio.

Esta semana me sale una ampolla en el pie.

Si es que soy una pupas...

Mañana al BodyÑam, uy, digo BodyJam con el Compeed pegao a ver qué tal.

jueves, 2 de junio de 2011

El tren de la bruja

Esta semana se me va a hacer super corta. El lunes Helena y yo nos cogimos la maleta y el portátil y nos fuimos al tren: primero de Nijmegen a Ámsterdam a pillar el Thalys (el AVE francés) para llegar a París. Y allí cambiar de estación para ir a Évreux. Resumen: salimos de casa sobre las ocho y media de la mañana y llegamos al hotel a las siete de la tarde. Eso es eficiencia.

El trayecto en Thalys no tuvo mucho que comentar: en el último vagón, de espaldas a la dirección del movimiento (que resultó ser como fuimos en todos los trayectos, uff, menos mal que no nos mareamos), lejos del coche-bar y rodeadas de una excursión de jubilados australianos que liaron una bien gorda para subir todas sus maletas a la parte de arriba. Al menos nosotras ya habíamos acomodado las nuestras. La siestecita que nos echamos en algún momento entre Bélgica y Francia vino de miedo. Sobre todo porque me terminé el libro muy rápido y ya no tenía nada más para leer. Por suerte el mp4 iba cargado a tope.

Ya en París nos tocó hacer ejercicio. Todas las escaleras en esa parte de la estación eran normales, salimos a coger el metro y resulta que estaban cerrados los tornos por un perímetro de seguridad de la policía. Pues nada, a subir unas escaleras (no mecánicas) con la maleta, cruzar la calle y entrar a la estación por otro sitio. Menos mal que había ascensor. Empezamos a buscar el andén. Nos equivocamos, subimos al pasillo, resulta que todas las escaleras son de subida y ninguna de bajada. Otra vez al punto de partida para encontrar el pasillo de escaleras de bajada. Y ya por fin entramos en el andén correcto. Llegamos a la estación de Sant Lazare y están en obras. Joder, otra vez a cargar con la maleta. Pero bueno, compramos el billete (bueno, Helena lo compró que sabe francés, a mí me habrían mirado con cara rara, como durante todo el viaje, jaja) y salimos fuera (previa subida a pie de la maleta) a la calle principal. Tiempo para comer un bocadillo en baguette que me destrozó el paladar y me dejó los dientes más limpios que cualquier manzana verde, entrar en el Fnac, el Zara y de vuelta para la estación.

El siguiente tren era más cutrillo e iba lleno. Helena no paraba de decir que era el tren a Talavera. Si os preguntáis qué hace una portuguesa hablando de Talavera, la respuesta está aquí.

Y ya en el hotel. Muy mono, con tele que no encendí en los 3 días, wifi gratis que me vino muy bien para ver el email del curro y leer lo de los pepinos españoles.

Tras una reunión de medio día el martes a ver la mega ciudad que ya habíamos visto el lunes por la tarde. Compramos los billetes para volver el miércoles, vimos las tiendas, volvimos al hotel, salimos a cenar en un sitio muy guay con estrellas michelín y donde me ignoraban porque hablaba inglés. Según Helena la camarera flipó cuando dije que yo quería el entrecot. Mira que yo decía lo que quería y además señalaba con el dedo. Pues nada, que no, miraban a Helena como dicendo "Y esta paleta qué quiere". Paseíto de vuelta al hotel y a dormir.

Al día siguiente otra vez para el tren. Salimos con mucho tiempo del hotel y nos tocó esperar en la estación rodeadas de gente con maletas. Ay las maletas. Que llega el tren y nos vamos a sentar. Sube Helena su maleta, coge la mía y no atina. No pudimos ninguna de las dos. El chico de al lado que nos ve y nos dice en español que si necesitamos ayuda, porque claro, liamos una en el tren, entre descojonándonos, Helena diciendo que si llevaba un muerto en la maleta (no, el portátil), poniéndose la maleta encima de la cabeza, yo tirando para un lado y diciendo que cuidado con la cabeza de la de delante. Y en esto que llega un chico super mono, me coge la maleta de las manos y la sube. Merci, merci. Y a descojonarnos todo el trayecto del tema. Al final resultó que el chico viajaba con su familia y eran americanos. Nos los volvimos a encontrar en el Thalys de vuelta. El mundo es un pañuelo, pero creo que ellos solo iban hasta Bruselas.

Otro metro a la estación. Con suerte, porque por lo visto justo después del nuestro había problemas por un accidente. En la estación del norte salimos a comer. Ohhh pollo asado, cuánto tiempo.

Esperamos al tren y buscamos nuestro vagón (con tiempo a ver al chico americano otra vez, jeje). El tren de la bruja, chu-chu.

Buscamos nuestros asientos y mientras subimos las maletas me fijo en el hombre que se iba a sentar delante de mí. Veo que lleva algo en las manos: ¡un gato suelto! Helena iba todo el camino mirándolo y diciendo que tenía que estar drogado, porque casi no se movió en todo el rato. Llegaron dos chicas asiáticas, una intentando subir una bolsa arriba, por encima del hombre del gato. Eran peores que nosotras en el otro tren. La bolsa no cabía y el hombre empezó a decirles que al final le iban a tirar la bolsa en la cabeza. Desistieron.

A la izquierda llevábamos a una madre y su hija de unos 10 años jugando con el iPhone. Según Helena llegó un momento en el que la niña le estaba enseñando un juego y la madre se emocionó tanto que le arrebató el cacharro a la cría de las manos.

Delante de ellas tres críos de entre 9-13 años, diría yo. Tres horas y media de viaje incordiando, que si el iPhone, que si la Nintendo, que si el libro, la revista, ahora me pongo a darte patadas, ahora te tiro del pelo, unas galletas, todo por el suelo... y los padres a tres kilómetros de ahí. Desde luego que un viaje aburrido no fue.

Me pasé medio viaje poniéndome de pie en el asiento para llegar a mi maleta. Se me había olvidado sacar la botella de agua, luego saqué el bolso para coger dinero, luego lo volví a guardar, luego Helena me pidió el cargador de su iPod, etc. Debían estar flipando conmigo, sobre todo el gato.

La primera vez que me levanté al baño el de mujeres estaba ocupado y el de hombres libre. Espero a que se abra la puerta del de mujeres y sale un hombre (¡!). A partir de entonces dije que para qué esperar, las otras dos veces entré en el de tíos que estaba libre. Total...

Helena se levantó primero al coche-bar y volvió traumatizada por una americana que estaba mareando a la chica preguntado qué era eso de "baguette emmental", jajaja. Luego yo me levanté a comprar algo de comer, y para poder pagar con la tarjeta de crédito (mínimo 10 euros) pillé 2 yogures, una magdalena y una botella de agua. Precio justo, jaja.

Llegamos con retraso al final. Y mientras esperábamos a que se bajara todo el mundo la americana que no sabía qué era el emmental me dio una hostia con la mochila que casi me tira las gafas. La madre del iPhone se puso en el medio haciendo cola porque estaba abriendo la maleta.

Al final salí la última del tren, jajaja.

Desde luego que largo el viaje fue, pero entretenido un rato.