viernes, 28 de diciembre de 2012

Esas cintas de cassette del pasado...

Como este año no estoy muy inquieta (a ver quién se pega las palizas a andar que acostumbro con esta pierna) pues me dedico a limpiar cajones.

Ayer mientras me ponía con el portátil del curro a hacer unas cosillas decidí escuchar música con mi radiocassette, pero resulta que este hace tiempo que no quiere reconocer los CDs que le pongo, por más que limpie la lente, o apriete la tapa o lo insulte hasta que se me hinche la vena de la frente, nada que no quiere. Así que busqué en un cajón cintas (sí, cintas) a ver qué tenía por ahí.

He encontrado de todo, desde cintas grabadas de la radio que ya ni se oyen a originales pasando por cintas que me grabó mi padre hace años de vinilos.

Tesoros perdidos, encontrados o que nunca quisiera que hubieran aparecido: The man who de Travis, Ultra de Depeche Mode, un grandes éxitos de EnVogue y otro de Boyzone, Back for good de Take That, Viviendo deprisa de Alejandro Sanz (coño, ¿de dónde salió esto? ¿qué edad tenía yo, 8?)...

Algunas se oyen bien (la de Alejandro Sanz seguro, que no la habré puesto nunca), pero otras suenan ya super acatarradas y van muy lentas, sobre todo las grabadas de CD, como las 2 de singles de Depeche Mode o una que tenía por ahí de canciones de Muse, Metallica, RHCP, otras cuantas de Matchbox 20.

Volviendo a mi infancia... bastante avergonzada, pues en una misma cinta tengo Cuidado con Paloma  y Te huelen los pies de Emilio Aragón junto a unas cuantas de New kids on the block...

Sí, ese del "Step two" es el hermano de Mark Wahlberg, Donnie.

En fin, que la de cosas que se encuentra una por ahí por los cajones. Menos mal que cuando pasé a los CD mejoré los gustos musicales :P

Editos: he encontrado otra!!! Con grandes éxitos de los noventa como Rythm is a dancer or It's my life. madreee

lunes, 24 de diciembre de 2012

El kerstpakket de este año y ¡Feliz Navidad!

Bueno, pues estoy en casa por navidad.

¡¡Al final lo conseguí!! Tampoco era tan difícil. Cuando me dijeron que podía tener la rótula fracturada me imaginé en silla de ruedas con la pierna escayolada desde el pie a la cadera y montada en el avión como encajada en un tetris.

La semana antes de irme de vacaciones fui a la oficina porque tenía una videoconferencia. Y coincidió con que me dieron mi tarjeta para recoger la "cesta" de navidad. Le pedí a un compañero que me ayudara a ponerla en el coche de una compañera que me llevó ese día.

Por lo visto la cajita pesaba lo suyo, pero era más pequeña que otros años. Mmm... raro, raro... Como pesaba tanto y yo tenía que subir las escaleras empinadas y estrechas típicas de las casas holandesas, pues se quedó abajo hasta que me la pudieron subir. Mientras tanto, leí la tarjeta de felicitación del CEO de la empresa y ¡ay! mal rollo, este año la temática iba a ser holandesa.

Cuando por fin abro la caja, ¿qué me encuentro? Esto:


1 botella de Glühwein (que seguro que está asquerosa, porque no hay nada como el Glühwein de los mercaditos navideños alemanes)
1 botella de batido de chocolate
1 botella de zumo de manzana
1 lata de sopa de guisantes
1 lata de salchichas
1 bote de mostaza
1 tarro de mermelada
1 botella de sirope de arce
1 paquete de polvos para hacer tortitas
1 caja de caramelos
1 bolsa de regaliz negro
1 paquete de pan tostado
1 bollo para desayunar (de esos que parecen un ladrillo)
1 paquete de panes/bollos que no sé cuándo leñe se usan (¿desayuno? ¿comida? ¿ambos?)
1 bolsa de chocolates
1 jarra de cristal para ¿poner los caramelos? con dibujos de holanda

Y lo mejor de lo mejor:
1 gorro para el frío
1 botella con sal para la nieve

Tachán tachán, peazo de cesta de navidad la de este año. Por lo menos no hay comida para pájaros, pero este año ¿no hay wok? ¿no hay vasos? ¿ni ensaladera? Qué decepción. Yo que pensaba que me iba a hacer la vajilla con las cestas de navidad xD

Al menos la cesta que le han dado mi padre es realmente navideña: turrones, polvorones, paté, huevas de salmón, ibéricos, vinos... Me sube la moral, no como la botella de sal.

Aunque bueno, teniendo en cuenta el hostión que me pegué por culpa del hielo lo mismo me sirve para el año que viene.

Menos mal que por lo menos paso aquí las fiestas y no veré la nieve ni las bicicletas en un buen tiempo...

Además. ya subo y bajo escaleras :D

martes, 11 de diciembre de 2012

Encostrada

Semana 1 post accidente. 

Estoy ya harta de tirarme el día de la cama a la silla al sofá a la silla a la cama.

Me muero por dormir boca abajo de una puñetera vez.

Quiero bajar escaleras sin que parezca que me han lanzado un Petrificus totalus.

Quiero caminar sin que parezca Chiquito.

Quiero subirme a un coche sin que piense en cómo mi abuela mete las piernas cuando la vamos a recoger.

Quiero poder ponerme los calcetines sin tardar 10 minutos.

Estaría guay poder rascarme los pies.

Y perseguir a la gata por la casa.

Y agacharme como una persona normal a por las cosas que se me caen al suelo. O debajo de la cama, el otro día se me cayó un pendiente y el muy cabronazo no tenía otro sitio donde parar que bajo la cama.

Arrrrggggg

miércoles, 5 de diciembre de 2012

¿Qué he hecho yo para merecer esto?

... pues resulta que mi última aventura con la bici no ha tardado tanto.

Ayer me pegué la hostia de mi vida en bicicleta. El lunes estuvo nevando a ratos y un compañero nos avisó de que esa nieve no iba a cuajar pero que enfriaría la carretera y si llovía y al día siguiente hacía frío, encontraríamos hielo en las carreteras.

Pues mientras iba dando la vuelta a la rotonda, ¡catapum! el suelo se me echó encima.

Caí sobre mi lado izquierdo, masacrando la rodilla, sobre todo, pero también la otra, el codo izquierdo y parte de mi culo (que ahora parece que tiene tatuado una supernova multicolor).

Me quedé tumbada boca arriba pensando en lo de que sí, la nieve enfriaba el asfalto.

Un chavalín de unos 13 años vino a ayudarme a levantarme mientras una señora se resbalaba pero mantenía el equilibro. Me ayudaron a levantarme, preguntaron qué tal estaba, si necesitaba ayuda y yo les agradecí mitad inglés, mitad holandés. La señora parecía más preocupada por el hecho de que tenía un roto en el pantalón que por el hostión que me había dado. Como vieron que llamaba a alguien y les dije que estaba bien, se marcharon.

Mis rodillas estaban destrozadas, en el momento en que vi un agujero en los pantalones y los subí vi aquello que ya no era rodilla: un raspón enorme sanguinolento, un huevo amarillo y azulado por la sangre... Bueno, por lo menos no se veía hueso.

Llamé a mi jefe y le dije que no podía caminar. Luego me confesó que pensaba que le llamaba para decirle que había perdido el tren. Me vino a recoger bastante nervioso y al verme las rodillas me preguntó qué prefería, si el hospital o el médico. Pensé que mejor probar con el médico primero.

Así que mi jefe habló con la secretaria para ver dónde había un consultorio. Resultó que había uno a la vuelta de la esquina. Dejamos mi bicicleta aparcada en la acera y nos fuimos. Menos mal que iba con un nativo... Al entrar en la recepción nos esperaba una señora rubia de unos 60 años con la ventanilla cerrada. Tardó unos segundos en levantar la vista, mirarnos mal y abrir. Él le explicó lo que me había pasado y la tía borde le dijo que estaba muy lleno y que bueno, nos sentáramos, pero tendría que esperar. Eso sí después de dar mis datos: mi nombre, mi tarjeta del seguro, mi fecha de nacimiento, mi dirección, mi código postal...

Pues sintiendo mis rodillas palpitar y en llamas me senté. Tardaron bastante en atenderme. Por lo menos 3 personas pasaron antes de mí y mi jefe estaba ya un poco nervioso mirando su Blackberry cada dos por tres. Creo que hasta que no se levantó a ver por qué no podían atenderme no me hicieron mucho caso.

Por fin me llevaron a una consulta donde la doctora preguntó qué había pasado y mi jefe le contó. Me desinfectaron las heridas, me exploraron las rodillas, me hicieron un daño que flipas y me mandaron al hospital con la rodilla vendada pensando que tenía la rótula rota :( Eso sí, previo paso de rellenar un formulario, así que otra vez dando mis datos: mi nombre, mi tarjeta del seguro, mi fecha de nacimiento, mi dirección, mi código postal...

Así que con mi jefe al hospital. Una vez allí me quedé en la puerta mientras aparcaba el coche. Cuando entramos preguntó Reinder por la sala de radiología y la señora al verme nos dijo que podía coger una silla con ruedas por 2 euros. Jo, qué silla, me recordaba a esas metálicas de jardín pero con ruedas. Como no tenían nada para apoyar la pierna iba tirando de abdominales para mantenerla en alto. Y como había estado lloviendo se me mojó todo el culo, pero con el estrés de la rodilla ni me di cuenta.

Así que a dar otra vez mis datos: mi nombre, mi tarjeta del seguro, mi fecha de nacimiento, mi dirección, mi código postal, mi teléfono, mi email, mi médico, mi farmacia (¡hasta la farmacia!).

De ahí a la sala 024 para entregar el papel y oootra vez, mi fecha de nacimiento, qué obsesión.

Así que mientras esperábamos mi jefe dio parte a la secretaria de lo que me había pasado y me habían dicho y retrasó una reunión que tenía ese día (bueno, por la mañana también íbamos a tener una juntos, pero resultó ser otro tipo de reunión).

Esperando otro buen rato hasta que me pasaron a la sala de rayos. Una señora me explicó que me iba a hacer 2 radiografías a ver si se veía algo y si no, una tercera doblando la rodilla. Pues nada, dos placas en posturas un poco incómodas y al final me tocó sufrir con la rodilla doblada sujetando yo misma el chasis de la película. Ains. Tanto sufrimiento por lo menos tuvo un final feliz: no tengo la rótula rota.

¡Buh! Zuzto

Mi rodilla tiene esta pinta. Esta mañana me he quitado el vendaje para empezar a doblar la rodilla. Y duele de cojones.

Mis compañeros en el trabajo me han mandado una planta y una tarjeta para desearme que me recupere pronto. ¡Qué majos todos!

Así que a descansar y esperar que la rodilla pase por una gama de colores que ni las Alpino.

lunes, 3 de diciembre de 2012

¿Por qué siempre a mí?

Mis aventuras con la bici no tienen fin.

Que si me compro una bici cochambrosa que tengo que arreglar en plan Bricomanía, que si en Boxmeer me destrozan la segunda bici en plan karate kid, que si aparco la cochambrosa en la estación central y me olvido la llave en el cepo, ahora va y la rueda se desinfla y le dar por bailar alrededor del eje (como si fuera una barra americana)...

En fin, un no parar.

Pues para seguir en mi línea, el viernes llego a la estación, pongo mi llave en el cepo, lo abro, cojo la otra llave, abro la cadena que pongo siempre uniendo el cuadro al párking... y tiro de la bici. Y tiro de la bici. Y tiro de la bici. Y la jodía que no sale. Y vuelvo a tirar, se habrá enganchado con la de al lado. Hasta que miro y, "¡¡¡serán hijos de putaaa!!!", me han metido una cadena en la rueda delantera atándola a la barra del aparcamiento.

Jurando en arameo vuelvo a encadenar mi bici y me voy caminando a la oficina.

Pero serán cabronazos estos tulipanes de mierda, a ver para qué me ponen una cadena para que no pueda sacar mi bici, ¿para robarla o simplemente por joder? Conociendo el carácter holandés al respecto de las bicicletas, me inclino por lo segundo.

Así que a ver a los de mantenimiento de la empresa a ver si tienen algo para cortar cadenas. El señor se apiadó de mi tras contarle la historia y me prometió que hoy traería una de esas tenazas de cortar metal.

Y hoy, ahí estaba encima de su mesa :) Me han llevado a la estación, he usado mis llaves para demostrar que sí, que la bici es mía, que no la quiero mangar. Y han liberado a Willy (ale, ya le puse nombre a la bici, después de 2 años), la hemos metido en la parte de atrás de la furgoneta y para la oficina de vuelta. Jo, qué emoción me ha dado de lo majos que han sido conmigo en Facilities. ¡¡¡Si hasta saben mi nombre!!!

Bueno, ahora toca esperar a la próxima sorpresa...

lunes, 26 de noviembre de 2012

¿Podría ser que... inburgering?

El tema del estudiar holandés es tan... ¿complicado? ¿peñazo? ¿vínculo de unión con prácticamente cualquier extranjero en Holanda? ¿tema socorrido cuando no sabes de qué hablar?

En fin, qué puedo decir, más de 3 años y medio en este país y sigo peleándome con este idioma tan poco agradecido...

Pero hoy, oh sí, hoy parece que casi después de año y medio en el gimnasio... ¡estoy haciendo "amigos"! 

Síii, parece mentira, yo que pensaba "coño, ya que voy al gimnasio, lo mismo hasta empiezo a hablar con holandeses que no sean los del trabajo y todo". Pero no. Eva a la velocidad de la luz contra esa pared dura y puñetera que se llama realidad no habló con prácticamente nadie en todo este tiempo.

Pero hoy, oh sí, hoy me han hablado no una, ni dos, sino ¡¡¡tres!!! compañeras de paliza gimnasil.

Para esta tarde tocaba body attack, que es una especie de aerobic sádico machaca piernas. Pues bueno, después de año y medio ejercitando mis piernacas por fin veo resultados. Al final de la clase una chica me ha dicho que yo saltaba muy alto. No sé qué me ha alegrado más, si el que aprecien mi capacidad saltimbanqui o que la haya entendido tan bien ^_^

Y ya cuando salgo de la ducha, la profesora y otra mujer a la que llevo viendo todo este tiempo (y que gracias a dios es una persona normal y se ducha siempre después de sudar) estaban hablando y me dicen "ah no, que tú hablas en inglés, ¿entiendes algo?" Y yo, "bueno, un poco, maar ik moet mijn nederlands oefenen". Y me han seguido hablando. Oh sí, ¡por fin!. ¿Puede ser que por fin pueda tener conversaciones estúpidas de gimnasio? ¿Podré practicar mi holandés? La próxima semana me hará más ilusión poder hablar que saltar más que nadie :)

lunes, 12 de noviembre de 2012

jueves, 8 de noviembre de 2012

¿Es un pájaro? ¿Un avión?

7:00 a.m. Suena el despertador. Apretar el botoncico que hace que suene más tarde. 

7:10 a.m. Un trueno. Mierda, llueve. ¿Un trueno? ¿Tan largo? ¿Qué coño es eso? Ruido de un avión despegando en la ventana. ¿Pero qué cojones están haciendo en la calle? ¿Algún vecino?

¿Será la máquina esa barredora de la calle? Pero no suena así.

7:40 a.m. Salgo de casa para ir a la estación y que sigue ese ruido. ¿Pero será un avión tanto rato? ¿Qué máquina podrá ser?

7:56 a.m. Pillo el tren aún con el ruido de fondo.

Mi compañera de piso me dice que seguramente sea alguna máquina de las obras de la estación, porque se oía muy fuerte ahí.

8:35 a.m. Llega una compañera holandesa a la oficina y nos pregunta que si estamos bien. Sssseee, ¿por?

Pues por esta noticia: resulta que ha habido una explosión en la central eléctrica que hay cerca del río. El vapor salía a mucha presión pasando por una turbina, de ahí el ruido en plan avión despegando. ¡¡El ruido se ha escuchado hasta en Alemania!!


Abróchense los cinturones, que despegamos

Por lo visto ya lo tienen controlado aunque todavía no ha vuelto a ponerse en marcha. Vamos, emociones fuertes en Nijmegen...


Estaban hirviendo el agua para el té

lunes, 5 de noviembre de 2012

¡Qué día más guay!

Nada me gusta más para empezar la semana que levantarme a las 5:45 pa ná.

Hoy tocaba día de reunión en Bruselas, así que para poder estar allí sobre las 10 de la mañana toca el gran madrugón y pillar el tren de las 6:48.

Bueno, pues ahí estaba yo esta mañana muerta de frío pegada a uno de esos calentadores circulares que ponen en las estaciones ¿y qué veo? Oh, sorpresa, el tren (primer tren de la mañana) ya va con 10 minutos de retraso. Empezamos bien. Normalmente hay como 25-30 minutos para cambiar de tren. Se reducen.

Pues mientras íbamos de camino el tren marchaba bastante más despacio de lo normal. Ah, que nos anuncian que va detrás del stoptrein (cercanías) que va más despacio y parando en todas partes. Genial. Dos paradas después ya llevábamos 20 minutos de retraso. Se empieza a complicar la cosa, me veo saltando para bajar de un tren y saltando para entrar en el otro.

Cuando nos quedan 3 paradas nos anuncian que el tren tiene su última parada ahí y no sigue. Josdeputa. Como van tarde prefieren darle la vuelta al tren y que pillemos el siguiente. Ya no pillo el tren a Bruselas y me tocará esperar casi una hora al siguiente. Cagontó.

Pero en esas estamos que veo que tampoco hay tren siguiente, ni el siguiente, ni otros cercanías en esa dirección. Y claro, lo anuncian. Esa razón que hace siempre que no haya más trenes: ha habido un "accidente" y una persona ha sido atropellada.

La solución que me dan es irme hasta Utrecht para intentar llegar al trasbordo. Pues nada, visto que le iba a echar más horas al viaje que a la reunión y que ir cuando ya ha pasado la hora de la comida es tontería, me doy la vuelta. Por lo menos podré trabajar desde casa.

Eso sí, el tren que me toca esperar lleva 15 minutos de retraso y al llegar a Nijmegen dicen que no va a continuar. Pues me la pela, que yo me bajo.

Me gusta que los lunes empiecen con buen pie :(

domingo, 28 de octubre de 2012

¿Y si no hay jardín? No importa, en la ventana también vale

Hace ya un tiempo hablé de la costumbre holandesa (aparentemente del sur de Holanda) de exponer los grandes acontecimientos anunciados en el jardín y ventanas de la casa.

Pues hace cosa de un par de semanas o así volví a pasar por la calle donde un cartel anunciaba hace ya cosa de año y medio que había unos recién casados dedicándose a la fornicación para encontrar en el jardín que les fue bien la cosa:

En la foto no se ve muy bien, pero la moto que monta el bebé dice: Harley Babyson xD

Pues debe ser que la calle esa es bastante productiva, pues unas puertas más atrás ya había visto que estaban compitiendo por monigote más grande y hortera:


En cuanto a los nombres, la verdad es que cada vez veo más y más cartelones en los jardines con nombres poco holandeses. Podrían pasar por bebés americanos, en serio. Aunque muchas veces ese no es su nombre "auténtico". 

Recuerdo cuando era pequeña que en algunos formularios preguntaban por tu nombre "cristiano" o de bautismo. Para mí eso era algo rarísimo, ¿tener un nombre distinto al que legalmente está escrito en tu partida de nacimiento? Pues los holandeses lo que hacen es que oficialmente tienen sus nombres de bautismo. Vamos, que te encuentras por la vida a muchos Johannes Jakobus Tomasus. ¿Y les llaman así? No, porque su nombre de pila acaba siendo uno completamente distinto: Jack, Hans, Tom...

Así que es muy posible que estos Bradleys o Julians del mundo holandés en realidad tengan problemas para que el nombre les entre en el billete de avión de Ryanair.

viernes, 19 de octubre de 2012

Roadtrip por Islandia. El Blue Lagoon y vuelta a casa

Nuestro último día en Islandia fue el más frío con diferencia de todo el viaje. Temperaturas de 8ºC en pleno Agosto no es algo a lo que estemos muy acostumbrados (bueno, viviendo en Holanda quizá un poco).

El autobús del Blue Lagoon nos recogía en el hotel para llevarnos a la estación central, donde ahí nos recogería el autobús hasta el lago. El conductor del primer bus era bastante gracioso y estuvo haciendo bromas sobre nuestros impronunciables nombres y el suyo, imposible para nosotras.

Mucha gente hace el mismo plan que nosotras. Como el último día en Reykjavik, si ya lo has visto el día anterior, no da mucho de sí, es buena idea ir a relajarse un rato a las aguas termales y después al aeropuerto, donde te lleva otro autobús directamente sin tener que pasar por la capital otra vez.

Estábamos preparadísimas para nuestra incursión en el spa: compramos antes de ir una cámara sumergible deshechable :D 

La diferencia de temperatura entre el agua de la piscina natural, de unos 38º, y el exterior, a unos 8º, hacía que salir fuera toda una aventura. Veías que la gente encogía en cuanto parte de su piel no tocaba agua. Tras un par de horas remojadas como garbanzos, tocó hacer de tripas corazón y salir correteando a por las toallas (que estaban mojadas, frías y tiesas), semicubrirnos con esa manta fría y correr para dentro.

Recomiendan que el pelo no toque mucho el agua porque tiene muchos silicatos que lo resecan. Es completamente cierto. Parte de las puntas de mi pelo se quedaron estropajosas a pesar de haberme echado litros de acondicionador.

Ya vestiditas y con el pelo seco (hay secadores en los vestuarios), fuimos a recoger nuestra maleta en el almacén donde te la guardan y a esperar al autobús que nos llevó al aeropuerto.

¡Qué maravilla de viaje! La naturaleza, los paisajes, los volcanes, cráteres, cascadas, aguas cristalinas, negras, blancas, lava, animales... te hace sentir tan pequeño y a la vez tan privilegiado de poder contemplar lo que se ha formado durante millones de años.

Espero que sea un hasta pronto y pueda volver algún día...

jueves, 18 de octubre de 2012

Roadtrip por Islandia. De camino a Reykjavik

Nos despertamos temprano (como prácticamente todos los días del viaje) y nos preparamos para marcharnos. En el hotel en Varmahlíð, llamado, oh sorpresa, Hotel Varmahlíð, el agua caliente proviene de las fuentes termales. Ojo con ducharse con pulseras, relojes, etc. ya que el azufre que contiene el agua estropea los metales. Nuestra amiga se duchó con un colgante que pasó de ser plata a sulfuro de plata.

La primera parada del día está a muy poquitos kilómetros del hotel: la iglesia de madera con tejado de turba en Víðimýri, construída en 1834, con un altar del 1727. Desafortunadamente llegamos tan temprano que no estaba ni abierta, y como ese día había que llegar hasta la capital, no nos pudimos esperar a que abriera :( Nos recordó a los vikingos por su fachada.

El paisaje en el último día de coche volvió a convertirse en gomaespuma verde. Las rocas volcánicas se cubren de musgo y líquen. En el noroeste hay muchas granjas donde poder alquilar caballos islandeses para poder pasear.

El siguiente alto en el camino fue Blönduós. Aprovechamos una paradita en la gasolinera para poder lavar el coche. La gasolina es caríiiisima, pero a cambio, el lavado del coche es gratis. Así que armadas de un cepillo-manguera, nos dedicamos a sacarle la roña al coche, que la tenía bien incrustada. A pesar de tirarnos unos buenos 10 minutos, al final seguía viéndose la mierda. Por lo menos los parabrisas brillaban y al sacar las maletas ya no las rebozábamos.

Lo más destacado de Blönduós es su iglesia de estilo super moderno que tanto se lleva por aquí. Esta se parece a un cráter. Como lo mejor está fuera y no dentro, pasamos de entrar. Pero teniendo en cuenta las iglesias en las que sí entramos, diríamos que entraban pocas personas y que no tenía mucha decoración :P

Continuamos por la carretera 1 hasta nuestra próxima desviación, para ver el río Hvítá, el río blanco, ya que se nutre de las aguas del glaciar y el sedimento le da este color. Nuestro objetivo era ver nuestras dos últimas cascadas y una central geotérmica.



Siguiendo la carretera 50 hacia Reykholt llegamos hasta un pequeño párking donde dejamos el coche para ver Hraunfossar:


Esta cascada surge como muchos arroyuelos saltando las formaciones de lava. De hecho, se llama la cascada de lava (hraun = lava).

Para poder ver bien esta y la siguiente cascada, Barnafoss, hicimos un rato el cabra por las rocas y los puentes que hay alrededor. No fuimos las únicas, de hecho, había una aspirante a modelo que acaparaba los lugares más fotogénicos para posar "casual total" con su ropa super guay.

En fin, que nuestra última cascada del viaje, Barnafoss, la cascada de los niños, se llama así porque dos niños murieron hace muchos muchos años intentando cruzar la corriente por un puente de piedra natural que había antes. Tras la tragedia, la madre ordenó tirar ese puente para que no volviera a pasar algo así.


Y ya de vuelta hacia Reykjavik vimos Borgarness desde el otro lado del fiordo, continuamos por la carretera 1 y para llegar a la capital pasamos un megatúnel (con peaje) que parecía que te llevaba al centro de la tierra, el primer tramo es como cuesta abajo, hasta que toca subir a la superficie y llegar a Reykjavik.

Intentamos llegar a la oficina de Avis antes de que se marchara el último shuttle a los hoteles. Es una furgoneta para 8 personas. Así que si no hay espacio te toca esperar (o joderte).

Nos tocó esperar bastante porque dos hombres holandeses estaban montando un buen pollo a las chicas porque por lo visto tuvieron un reventón, pagaron la reparación pero luego no se lo iban a reembolsar. No sé, un lío del seguro que contrataron con la agencia holandesa, que, muy típico, había olvidado enviar los papeles correspondientes a Avis en Islandia. Debe ser que les pilló a las 17 y se les cayó el boli.

Resultó que los que estábamos para el taxi éramos todos españoles, hasta el conductor!!! Nos contó, en perfecto español, que sus padres habían emigrado y él ya nació en Islandia. Como nosotras fuimos las primeras en bajarnos del coche, no nos enteramos de más :P

El hotel estaba muy céntrico (bueno, tampoco es que sea muy grande la ciudad como para no estarlo). Así que dejamos todos los bártulos y hacer turismo. Nos salió la peor tarde con diferencia, no paró de llover casi en ningún momento.

No es Reykjavik una ciudad muy bonita, la verdad (o lo mismo fue la puñetera lluvia, jeje). Aunque en el mapa parecía que estaba más lejos, tardamos ná y menos en llegar a la Hallgrimskirkja. Justo enfrente se alza la estatua de Leif Ericson (Leifur Eiríksson), el famoso vikingo que fue el primer explorador de América, aunque la fama se la llevó Colón. Vamos, que el continente pudo haber sido Leiflandia :S



De ahí a darnos un paseo al parque donde está el lago Tjörnin, a ver patitos y gansos que nos miraban con muy mala hostia, todo sea dicho.


Vimos el Ayuntamiento (mu moderno), el Parlamento (muy cuco, una no se imagina que un parlamento pueda ser tan pequeñito, pero claro, tampoco es que haya muchos habitantes por Islandia). Seguimos dando una vuelta por el paseo marítimo hasta llegar a la escultura de un barco vikingo (que parece una raspa de pescado) y volvimos al centro a comprar nuestras entradas para el Blue Lagoon para el día siguiente. De paso, preguntamos a la chica uno de los lugares indispensables en Reykjavik: el puesto de perritos calientes más famoso del mundo mundial (Bæjarins beztu pylsur) donde nos tomamos uno con todo. El señor que atendía tenía una pinta muy vikinga, todo sea dicho xD.

Y de ahí, otro paseo y al hotel.

viernes, 5 de octubre de 2012

Roadtrip por Islandia. Hablando balleno

Tras un desayuno a tope (qué tienen esos bufet-desayuno que a los españoles no hacen comer como si no hubiera mañana...) continuamos camino para llegar a Húsavík y ver ballenas.

Nos abrigamos bien para no pasar frío y dimos una vuelta por el pueblo antes de comprar los billetes para el barco.

La iglesia del pueblo es de madera y merece la pena entrar a verla. No es muy grande (como casi todas las que vimos en el viaje, los pueblos no creo que sean muy populosos) pero pueden verse los misales antiguos.

En el puerto están también el museo de ballenas (que también tiene información turística) y el museo de penes (pero creo que lo habían trasladado o algo así?).

Hay varios tours para avistar ballenas. Nosotras compramos los tickets en Húsavík Whale watching. Aceptan euros, de hecho, nos dijo directamente el precio en euros sin esperarlo. Son 54 euros por barba, pero en muchos sitios se pueden pillar descuentos de entre el 8-10%, así que merece la pena "escarbar" entre todos los papelotes que los hoteles y oficinas de turismo tienen expuestos.

Nuestro barco era el Gardar, llamado así por el primer hombre que se instaló en Islandia, el vikingo Garðar Svavarsson. Una vez que subes al barco te dan un mono bastante gordo para abrigarte y si quieres, encima te puedes poner un impermeable. Nosotras nos quedamos con el mono, ya que subimos arriba y ahí poca agua nos daba. Eso sí, los pies se quedan bastante fríos. Ese día hay que abrigarse bien.

El viaje dura unas 3 horas: una de salida desde el puerto hacia la bahía, una hora para seguir ballenas y la última para volver. La bahía de Húsavík se llama Skjálfandi, o la bahía temblorosa. El viaje no fue muy calmado, no, lo del nombre le iba muy bien.

Saliendo del puerto, al poco rato aparece la isla de Lundey, donde anidan gran cantidad de frailecillos (lundi, en islandés). Desafortunadamente, nos dijeron que emigran al sur a finales de agosto, por lo que no vimos ninguno :_(

Mi hermana y yo cogimos cierto malestar en el trayecto, pero cuando por fin paramos y vimos la primera ballena se nos pasó todo. Es impresionante ver el chorro de aire que sueltan al salir a respirar y ver la aleta batir antes de entrar a bucear.


Tuvimos mucha suerte y pillamos a 3 ballenas que viajaban juntas. La chica que nos iba retransmitiendo la jugada desde el barco nos contó que era algo bastante raro. Eran ballenas jorobadas. Las estuvimos acosando toda la hora. Ya solo les faltó saludar con la aleta.

En un par de momentos las ballenas estaban cerquísima, en frente de nosotras. Se oye el "fuuu" del aire cuando respiran!!
 
Después de nuestra hora de vuelta, nos dimos una vueltecilla a ver dónde podíamos comer. En el puerto hay varios lugares, pero nos llamó la atención un lugar más familiar que cualquier restaurante y nos metimos allí. Resulta que hacían pinchos de verduras y pescado. Y como teníamos frío, nos tomamos antes una sopa de pescado que nos sentó divina.

Tras cargar las baterías, continuamos el viaje hacia la carretera circular en dirección a Akureyri. En el camino nos encontramos con la siguiente catarata: Goðafoss, la cascada de los dioses, llamada así porque cuando se convirtieron al cristianismo, tiraron a la cascada las estatuas de los antiguos dioses.

Y ya de camino a Akureyri, la cuarta ciudad más grande de Islandia, que se encuentra en el fiordo Eyjafjörður.
Fuimos a la oficina de turismo a que nos dijeran qué ver y nos dimos un garbeo por el centro y el casco antiguo. Vimos la iglesia y caminamos hasta el jardín botánico, buscamos en el centro la casa más antigua y ya bastante tarde nos fuimos a buscar nuestro hotel en Varmahlíð pasando por el valle Öxnadalsheiði.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Roadtrip por Islandia. La carretera de la mueeettteee

Salimos de Egilsstaðir temprano ya que el plan del día incluía un par de carreteras malísimas.

A unos cuantos km de Egilsstaðir nos desviamos de la carretera 1 para tomar la 901 de camino a Möðrudalur. Nos separan de esta pequeñísima población los desiertos lunares donde los astronautas de la NASA se entrenaron antes de viajar a la luna por su gran similitud.


Una vez en el pueblecito, hicimos una parada para ver el café, la pequeña iglesia y una gasolinera bastante curiosa y pintoresca.


Esta carretera no hace falta revertirla, continuando por la 901 se vuelve a la carretera principal para seguir con el recorrido. A unos poquitos kilómetros aparece la desviación para la siguiente parada: Dettifoss. El problema es la carretera: la 864 es una de las peores carreteras por las que tuvimos que conducir. Llena de pedruscos y polvo, el coche se llena de polvo y no hay quien le quite la mierda al parabrisas por más que se intente. Pero merece muchísimo la pena.

Tras aproximadamente una hora de traqueteo por fin llegamos a una indicación de la cascada. Es una de las pocas que no se ven desde la carretera, pero una vez que llegas al párking empiezas a ver la nube de gotitas y al salir del coche, el ruido.


La cascada de Hafragilfoss está tan solo a unos 5 minutos más en coche. Lo mejor es dejarlo aparcado y recorrerse el camino rocoso que sigue al agua, para poder observar la cascada en todo su esplendor.

La carretera 864 continúa hacia el norte para poder llegar a Ásbyrgi, un cañón con forma de herradura que según la leyenda es la impresión que dejó uno de los cascos del caballo de Odín, Sleipnir.

El camino de vuelta es por la misma carretera, para volver a la carretera circular. Así que paciencia, paciencia. Mi hermana fue conduciendo todo el trayecto por la carretera infernal, y en un momento dado, ya en el camino de vuelta, con todo el ruido que hay en el coche con tanta piedra en la carretera, pues me pareció oír algún ruido del coche, pero dije "Anda, le estamos dando un calentón al coche (que era automático) que va el ventilador a tope". Unos cuantos kilómetros más adelante mi hermana suelta "Ostiá, que vamos en primera". Y es que en vez de meter la marcha D (drive), le dio a la S y fuimos en primera no sé cuantos kilómetros a 5000 revoluciones... 

La última atracción del día fue el lago Mývatn y todos los fenómenos geológicos de los alrededores. Es una zona de gran actividad volcánica, y además de fumarolas, hay muchas formaciones volcánicas: cráteres, cuevas con agua termal, pseudocráteres...

Antes de llegar al lago en sí hay que desviarse a la izquierda para ver la zona de Námafjall y sus fumarolas y las charcas de lodo de sulfuro hirviendo. En la zona hay unos humos y un olor a huevo podrido que no se olvida, nop. Al otro lado de la carretera se puede visitar el cráter del Krafla.

Una vez en la zona del lago, hay varias atracciones a visitar. La zona del lago está preparada como zona de senderismo y se pueden visitar todos los puntos de interés caminando.

El crater de Hverfell se puede subir andando y da unas bonitas vistas de la zona y de su caldera. 


Dimmuborgir (castillos o fortalezas oscuras) es una gran área con formaciones de lava. La explicación geológica que dan a la entrada del parque es que durante la erupción que fluyó hacia un lago, donde el agua hervió, y con la fuerza del vapor subiendo formó columnas de lava. Según la tradición islandesa aquí viven los duendes. Hay varias rutas para recorrerse la zona. No son muy largas y tampoco exigentes físicamente.

Alrededor del lago Mývatn pueden verse pseudocráteres, formados por burbujas de lava que al romperse dan la sensación de ser pequeños cráteres.

Después de darnos un paseo por un pequeño lugar de observación de aves volvimos a la carretera para dirigirnos al nuestro hotel: Narfastadir guesthouse. Cometimos el error de pensar que estaba en Laugar, y tras darnos una vuelta por ahí y preguntarle a un vikingo (nivel 5/5) nos chapurreó que diéramos la vuelta. Luego volvimos a parar porque pensábamos que nos había choteado y mi sister acabó entrando a una especie de bar donde nadie hablaba inglés y el que le contestó algo no tenía dientes y comía pizza mientras mostraba su maravillosa boca.

En unas casas cercanas volvimos a preguntar (no hablan mucho inglés por allí) y ya nos dieron las indicaciones. Nos habíamos pasado un buen trecho.

La Narfastadir guesthouse es una antigua granja. Está muy bien preparada y las habitaciones están bien, pero esta vez no nos dieron una triple sino 2 dobles y una tuvo que dormir sola :(

martes, 11 de septiembre de 2012

Roadtrip por Islandia. Los fiordos del este y la carretera que no era

A la hora del desayuno esta vez no nos quedamos sin sitio y llenamos bien la mesa de tostadas, galletas, tés y fruta. La verdad es que para nosotras lo de desayunar huevos revueltos y salchichas se nos hacía un poco cuesta arriba, pero en todos los hoteles donde nos quedamos creo recordar que servían. Nosotras somos más del desayuno español de algo dulce y la leche, pero cuando vamos de viaje cargamos bien las reservas con tostadas, cereales, yogur (que está muy bueno en Islandia!), fruta y sándwiches.

Otra vez empaquetadas como los gitanos en el coche, nos fuimos para Höfn a preguntar qué había allí para ver. No mucho, la verdad. Un museo de piedras, un museo de barcos y otro de arte y el puerto. La mujer de la oficina de información estuvo más contenta de decirnos dónde había un banco para cambiar dinero que para indicar qué ver en el pueblo.

Cambiar dinero en Islandia es gratis, vamos, que no cobran comisión por ello y se puede hacer en cualquier banco.

Nos dimos una vueltecilla por el puerto y por un parquecillo cerca. Resulta que en días claros desde allí se pueden ver hasta 5 lenguas del glaciar, pero como tuvimos la maravillosa suerte de que la niebla nos cogió en el sur y ya no nos abandonó hasta un par de días después, no vimos ná de ná.

Justo al salir de Höfn, y antes de entrar en un túnel para pasar al otro lado de los fiordos, la guía nos recomendaba ir hasta el faro de Stokksnes para ver unas bonitas vistas con focas. Bueno, pues allá que nos fuimos, por una carretera de mierda llena de pedruscos y ovejas.

 Beee

Cuando ya nos acercábamos al faro, vimos que había una valla con advertencias de no traspasar los límites. Resultó ser una instalación de la OTAN y aparcamos de cualquier manera el coche para ver si el faro se podía alcanzar andando desde otro camino. Estaba diluviando y hacía frío. El camino estaba encharcado y cuando llevábamos 5 metros salió un coche, se paró un segundo a observar el nuestro y siguió. La verdad es que eso nos convenció de que quizá la guía estaba equivocada y no deberíamos estar ahí (y con esa lluvia). Así que regresamos sin saber si el puñetero faro se podría alcanzar o no y sin esas vistas de las focas que nos decían en la guía.

En otra vida, quizá.

Tras pasar el túnel llegamos a los fiordos del Este. Nuestra primera parada, sí, una cascada: Stafafell. En el camino a Stafafell cruzamos uno de los paisajes que nos encontramos muchas veces por el sur: un campo llano, negro, de basalto, cruzado por múltiples dedos de agua formando ríos.

Al Este de Islandia encuentras paisajes que sobrecogen: la carretera avanza a muy pocos metros del agua, sobre una pendiente, encajonada por un lado por laderas de roca volcánica y por otro de un acantilado que baja al fiordo.


En los fiordos de Lón y Álfta vimos grandes bandadas de cisnes salvajes. Menos mal que la carretera no va muy transitada, porque es imposible no pararse a mirar y deleitarse con las vistas de los fiordos. Los islandeses deben saberlo, y cada pocos cientos de metros suele haber zonas de descanso para aparcar el coche y poder disfrutar.


El día nos salió un poco lluvioso a ratos, pero paramos igualmente, jeje.

Seguimos nuestro camino por la carretera sinuosa a lo largo de la costa hasta Djupivogur (rebautizado para la ocasión como Yupiyogur), donde nos dimos un paseo por el puerto y subimos como las cabras a un punto indicado para disfrutar de las vistas. Resulta que por la zona hay rutas marcadas para hacer senderismo y ese punto era un punto de partida.

Siguiendo nuestra ruta por la carretera a lo largo de la costa nos equivocamos de camino. Resulta que nuestro destino final ese día era Egilsstaðir, y al poco de salir de Breiðdalsvík en una encrucijada tomamos el camino a Egilsstaðir por la carretera 1. Pues nuestro viaje debía continuar por la 96 y acabé conduciendo por una carretera de piedras entre la niebla y subiendo un puerto. Como nos cruzamos con un tractor con una pala dimos la vuelta.
El coche acabó de mierda hasta los topes.
Así que condujimos por la 96 pasando por el resto de fiordos hasta llegar a Reyðarfjörður, donde nos desviamos para tomar la carretera 92 hacia Egilsstaðir. Como conducía yo tocaron condiciones de mierda: niebla cerrada. Creo que en mi vida me ha tocado conducir con tantas lluvias, empañamientos de cristales y niebla como en Islandia. La niebla era tan cerrada que costaba ver si había más coches delante.

Pero llegamos, y nos tocó buscar la granja donde nos hospedábamos, ya que no estaba indicada (o no se veía con la niebla). La Guesthouse Egilsstaðir fue uno de los hoteles que más nos gustó. Fue una antigua granja que los dueños (que por cierto, son los descendientes de los primeros dueños) acabaron reformando. Nos dieron una habitación con vistas al lago que gracias a la niebla no pudimos disfrutar hasta la mañana siguiente xD


Caímos rendidas en la cama después de un té reparador...

jueves, 6 de septiembre de 2012

Roadtrip por Islandia. Los desiertos negros y el chaparrón

Nuestra tercera etapa del viaje nos llevó desde Vík al fiordo de Höfn, Hornafjörður.

Después de desayunar en Vík volvimos a meter las maletas como si fueran piezas de tetris en el maletero y el asiento trasero para continuar nuestro viaje a lo largo de la costa sureste del país. 

La primera parada del camino era el Parque Nacional de Skaftafell, pero nos separaban los desiertos negros de Skeiðarársandur. Al sur del glaciar Vatnajökull se hallan estas impresionantes y desoladoras extensiones de arena negras, sedimentos arrastrados por el deshielo del glaciar y restos de erupciones.

Tras un buen rato de coche empezamos a acercarnos al glaciar. Es increíble ver 2 lenguas del mismo desde la carretera, el parque Skaftafell se halla junto a estas lenguas, y aunque la carretera no llega a pasar por el lado, se ven muy bien.

Aparcamos el coche y nos aprovisionamos de lo necesario para la caminata en busca de la cascada Svartifoss, que debe su nombre (cascada negra) a las columnas basálticas sobre las que salta. Mientras recorríamos los 2,5 km que nos separaban de ella (bueno, creo recordar que esa era la distancia) empezó a llover, así que nos sacamos el uniforme del viaje: nuestros ponchos para la lluvia talla XXL (así te los puedes poner por encima de la ropa y hasta la mochila) y de color discreto: fucsia.

Por el camino nos encontramos otras 2 cascadas más. La verdad es que Svartifoss no es muy grande, pero los bloques de basalto la hacen única entre todas las que vimos (y vimos unas cuantas, jeje).

El poncho nos daba una sesión de sauna gratis. Menos mal que dejó de llover un rato y nos destapamos un poco. De vuelta al párking nos buscamos un merendero en el cámping y repusimos fuerzas antes de continuar nuestro camino.

Dijimos adiós a las lenguas del glaciar y seguimos la carretera 1 (LA carretera), para dirigirnos a Jökulsárlón, el lago de los icebergs. Me tocó a mí llevar el coche y no paraba de llover, cada vez con más fuerza. A pesar de llevar los limpiaparabrisas a tope, casi no daba abasto. Y con el agravante de que se me empañaban todos los cristales. La verdad es que tuvimos muy mala suerte.

Casi se nos pasa el lugar para parar. Este lago glacial tiene la peculiaridad de estar lleno de icebergs, el hielo que se desprende del cercano glaciar llega hasta el lago. Aparentemente se pueden observar focas sobre los trozos de hielo en el crucero que puede realizarse. Lamentablemente, llovía tantísimo (la chica de los tours nos dijo que nunca en su vida había visto llover tanto en esa época del año) que se cancelaron todos los viajes y nos quedamos con las ganas.

 A view to kill :P

Como no había nada más para ver una vez que vimos el lago y nos dijeron que no podríamos recorrerlo en bote, volvimos al coche.

El puente que cruza el lago es bastante largo, con cambio de rasante y solo cabe un coche. Los cristales seguían empañadísimos y veía menos que un pez frito, pero una vez que entré, que fuera lo que fuera, ¡allá íbamos!

Esa noche dormíamos en un hotel llamado Árnanes, antes de llegar a Höfn. Nos costó encontrarlo a pesar de que está en la misma carretera. Es confuso, ya que en algunos carteles ponía Árnanes V, en otros Country nosequé, y como los carteles que indican en Islandia están en la propia salida, pues eso, que nos pasamos y nos tocó dar la vuelta.

Pero lo encontramos, y allí que fuimos a recoger nuestra llave. Resultó que no nos quedábamos ahí mismo sino en otra casa que tenían en el pueblo para familias. El hombre era amable pero me recordó al estilo holandés: cuando fuimos a cenar, el comedor (muy pequeño, por cierto), estaba prácticamente lleno. Justo detrás de nosotras entró una pareja, y como a ellos sí los podía encasquetar en una mesa de 6 junto a otra pareja, los atendió antes. Cuando le dijimos que nosotras 3 queríamos cenar también puso cara de esfuerzo, casi que vimos cómo le salía humo de las orejas pensando y acabamos desistiendo y yéndonos a otro hotel (otro Edda, por cierto) a cenar.

La cena fue riquísima: de primero una sopa espesa de marisco y pescado, que nos revivió después del frío pasado en el coche (porque para desempañar los cristales fuimos casi todo el trayecto con el aire acondicionado) y de plato principal escogimos 3 distintos para intercambiarlos: cordero al horno, trucha ártica y bacalao. Todo estaba riquíiiisimo. Fueron las mejores kronas gastadas ese día, jeje. Y compensamos un poco el no viaje  por el lago con una comida típica islandesa.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Roadtrip por Islandia. El coche y lo que el viento se llevó

Después de una primera noche en un hotel bueno (Natura), nos fuimos a recoger el coche. Como no sabíamos dónde estaba la oficina de Avis, ya que sólo teníamos el papel de la reserva con la dirección, preguntamos en recepción dónde está y cómo llegar. El chico (rubio, pelo engominado, gafas de pasta, nivel de vikingo: 2/5), nos miró alarmado y recomendó fehacientemente llamar un taxi (nos vio capaces de ir andando con las maletas a cuestas, pero 3 horas caminando... ¡taxi!).

Tras la carrera en taxi (creo que fueron como unas 5000 kronas) en la que el taxista nos avisó de que tuviéramos cuidado con las carreteras islandesas, que son más estrechas y no se puede correr a más de 90 km/h, llegamos a la oficina de Avis.

Madre mía, qué domingo más animado tienen por ahí. Nos tocó esperar como 15 minutos porque las 2 chicas estaban ocupadas y detrás de nosotras llegaron 2 señores (catalanes, que nos encontraríamos varias veces durante el camino en una minivan con otras 4 personas). Mientras estábamos esperando a que una de las chicas quedara libre, nos dimos cuenta de que los que iban delante eran españoles y no entendían ni papa de lo que la islandesa les explicaba. La pobre se esforzaba en decir alguna palabra española, con resultados esperpénticos. Les echamos una mano para explicar los seguros extra.

Ya nos atendieron y nos entregaron nuestro cochecito: un Golf automático. Los seguros en Islandia cubren exclusivamente la chapa, digamos, los bajos y parabrisas están excluidos. Nosotras ampliamos la cobertura al parabrisas por si acaso.

Como nuestra dirección era el llamado "Círculo de oro" y por la noche dormiríamos en Vík, preguntamos cómo ir en dirección a esa ciudad. Pues los señores de antes intentando apañarse con la chica para ver para dónde iban. Nuestra amiga les preguntó que si iban a Vík, para decirles que nos siguieran, pero para ellos su destino era el Círculo de oro. Nunca más volvimos a verlos. Lo mismo no llegaron al hotel...

Coche automático. Las tres tenemos carnet de conducir, pero resultó que yo era la única que había conducido un coche automático hasta entonces, así que me puse de conductora, coloqué el asiento, los retrovisores, encendí las luces (que son obligatorias las 24h en Islandia) y arranqué. Bueno, yo sí que había conducido un automático, pero me costó un rato entender que para cambiar hay que pisar el freno y que la D es la marcha para que el coche ande normal.

Pues nada, ahí en el medio del párking del Avis, yo con la marcha N metida y que aquello no tiraba. Venga, que cambio, ay no, que esto no va, ah espera, que si frenas si cambia, bueno, meto la marcha atrás, giro por aquí, a ver si probando con la D, ah sí. Y mientras la gente que esperaba por su coche mirándonos como si fueramos imbéciles...

¡Y dirección a Vík!

Justo antes de ver la salida en la carretera me llevé el primer susto del viaje: ¡¡¡¿¿ Pero qué hacen unos ciclistas en el medio de la carreteraaa??!!! Pues sí, los ciclistas pueden ir por el medio de la autopista. Así que frenazo para no saltarme la salida ni llevarme a ningún Induráin por el medio.

Nuestra primera parada era el parque nacional Thingvellir (o Þingvellir, en islandés) para ver la falla donde las placas tectónicas Euroasiática y Americana se separan. 



Paramos a preguntar cómo se llegaba en el centro de información del parque (donde, por cierto, sólo se puede ir a 50 km/h) y el chico (rubio sucio, ojos claros, barba, nivel de vikingo: 4) debió pensar que éramos idiotas y cortas de vista, ya que la cascada estaba bien indicada y porque volvimos a preguntar dónde estaba otra cosa para ver (Flosagja) que venía bien indicada en el mapa que nos acababa de dar, y que por cierto, después de dárnoslo en inglés, nos ofreció también en alemán o francés (pues no gracias, con inglés nos vale).

Como al final acabamos pasándonos el párking de la cascada, nos fuimos a otro más adelante y acabamos viendo la falla a lo largo, subimos para ver las vistas del lago más grande de Islandia, el Þingvallavatn. De ahí, un paseo por el parque para ver la iglesia de Þingvellir. Tras pasar por Flosagja y tirar una moneda a la fosa para pedir nuestro deseo, continuamos para ver nuestra primera cascada, Öxarárfoss. Impresionante escucharla y sentir las gotitas de agua que te dan en la cara metros antes de tenerla enfrente.

Tras la comida, en marcha para ver Geysir, una zona geotérmica con géiseres (de hecho, el llamado Geysir es el que da el nombre al fenómeno). El más frecuente se llama Strokkur, y lanza un chorro enorme de agua hirviendo cada pocos minutos. La primera vez que ves el agua hervir y cómo una burbuja enorme crece hasta lanzar el chorro de agua crees que se te va a caer encima. El olor a huevos podridos te acompaña en toda la vuelta.

¡Qué fotacas echa mi sister!

De ahí seguimos para ver Gullfoss, una impresionante cascada como en escalón. Cuando te acercas parece que el agua se la come la tierra. Es increíble la cantidad de agua que ves pasar ante tus ojos, el sonido, la humedad. Una penita que ese día no fuera algo soleado, pues se forma un arcoiris sobre la cascada.


Como el primer día era bastante apretado, continuamos nuestro viaje por la carretera hasta volver a llegar a la carretera principal, la 1, dirección a Vík.

Por el camino, ya mi hermana en manos del volante, nos metió un frenazo tal que casi salgo por la ventanilla y nuestra amiga casi se disloca el hombro. La toma de contacto con un coche automático no fue muy fácil para ninguna. Yo el primer día casi derrapo en al girar a la izquierda para meterme en el parque nacional de Þingvellir.

En fin, que de camino a Vík y sin dejar la carretera 1, llegamos a otra cascada, Seljalandsfoss. La particularidad de esta es que puedes verla desde dentro. Hay una oquedad en la pared desde la que cae y puedes ver cómo el agua desciende a muy poca distancia de ti. Detrás de Seljalandsfoss está el glaciar con el nombre tan conocido de Eyjafjallajökul, cuando la erupción de 2010 lo convirtió en noticia.


Como las indicaciones de las salidas, ciudades, granjas y monumentos te las encuentras ya donde hay que girar, nos saltamos la de la cascada (sí, otra) Skógarfoss, así que la vimos desde el coche.

El viento que se levantó en el último tramo fue de traca. Como antes de Vík nos recomendaban ir al cabo de Dyrhólaey, para allá que fuimos. El cielo estaba muy oscuro, ya por las horas y porque estaba nublado de lluvia. Al parar el coche y abrir la puerta el viento la arrancó de mi mano. Aquello era un huracán. Al salir del coche te notabas vapuleada por todas partes, empujada hacia delante.

A pesar de viento, las vistas son impresionantes. Ves la línea de costa, con la arena negra, las formaciones rocosas saliendo del mar. La leyenda dice que son los restos de unos ogros, a los que pilló el sol antes de esconderse transformándolos en piedras.

Aparentemente desde el cabo se pueden ver frailecillos, pero con ese vendaval, les habría llevado volando hasta Escocia.

Corriendo al coche a refugiarnos y para Vík. Como la nacional 1 pasa por el medio de los pueblos y ciudades, casi nos pasamos el hotel Edda donde nos alojamos. Llegamos a las 21:15, y el chico de la recepción, que nos vio con las maletas y mochilas a cuestas, nos paró pronto los pies. No, no, no estáis en el edificio principal, no, tenéis que ir a unas casetillas que hay ahí en medio del monte y la vuestra es la 4. Ah, y si queréis cenar os vais al restaurante que está al otro lado de la carretera, pero cierran la cocina a las 21:30, sí. :O

Cargando con los trastos para la caseta de leñador, que en realidad eran 2 habitaciones, la nuestra la de la izquierda. Aquí el baño era bastante pequeñito, y según mi hermana te podías duchar desde el váter, pues solo separaba la ducha del resto del baño una cortina.

Pero bueno, después de la paliza que nos pegamos, esa cama (blanda, muy blanda) ¡parecía la gloria bendita!

domingo, 26 de agosto de 2012

Roadtrip por Islandia. La toma de contacto

(Para Sonia y Elisa)

Decidimos cambiar nuestro viaje a Noruega por Islandia en un pliqui tras una sugerencia de la agencia de viajes (y a mí me convencieron después de enseñarme fotos de casitas con tejado de turba xD).

El tour lo contratamos con Island tours y nos incluía alojamiento y desayuno para 7 días, los vuelos de ida y vuelta y el alquiler del coche durante 5 días.

Mi vuelo desde Ámsterdam fue a oscuras, pero eso, lejos de ocultar hizo resplandecer el cielo y la tierra. Desde el avión se veían carreteras, casas, ciudades, todas iluminadas. El perfil de la costa holandesa y el salto al mar del Norte.

En el horizonte, hacia donde nos dirigíamos, el sol que renuncia a ponerse. Unas franjas de azul claro hasta naranja de distintas tonalidades es nuestro rumbo.

Al cabo de un buen rato, aparece el perfil de luces de Escocia. Y tras pasarla, el salto hacia el Océano Atlántico.
Antes de aterrizar, la silueta de la isla asoma. Islandia nos espera. Barcos navegando reflejados en el espejo del agua, rocas, olas rompiendo y el faro Garðskagaviti que alerta del peligro de la costa escarpada. ¡Qué imagen de bienvenida! Un comienzo de todo lo que nos espera.


martes, 14 de agosto de 2012

¡Hace calor!

Parece que nos ha llegado una olita de calor. Quizá hayan sido esos vientos africanos que de vez en cuando se pasan por España y dejan temperaturas de más de 45ºC. Pues esta vez han soplado un poco más fuerte y nos han llegado hasta aquí.

Hace tanta solana que de la humedad empieza a ser incómodo. Eso sí, la lluvia no nos la quita nadie. Tanto calor, tanto calor, pues luego nos caen unos chaparrones...

Ay madre, 30ºC, ya ni sabía qué era eso. ¿Será verdad? O luego pasará como siempre y la página esta falla más que una escopeta de feria ¬¬
 
Así que vuelta a la locura de sacar la ropa de verano, las sandalias, ponerse crema para el sol y ver a los holandeses perder la cabeza. Pero nosotros empezamos a enloquecer también. Sale un día de calor y sol y hay que aprovechar mientras dure: pantalones y faldas cortos, tirantes, gafas de sol, chanclas, barbacoas, descapotables... ah, ¿nunca había comentado los descapotables? 
 
En este país cuando sale el sol surgen los descapotables como las setas tras las lluvias. En este país en que el impuesto de circulación mensual equivale al anual en España (maomenos) se ven descapotables y coches antiguos sin techo cuando pega el sol. O sea, 2 días al año. Los holandeses son mu agarraos, pero en cuestiones "veraniegas" les va el gasto inútil.

Y lo bien que queda la pareja tulipana rubita, en su descapotable por la autopista, a 120 km/h y con gorras para que no se les vuele el pelo. Hum, ahora entiendo el uso de 1 kg de gomina al día: para que no se les mueva la melena por el viento...

lunes, 30 de julio de 2012

Así las cosas dan ganas de no limpiarse los oídos

Desde que voy al gimnasio he conseguido lo que me proponía: dormir como un bebé. Tuve unos cuantos meses de pasarlas putas para dormir y el agotamiento con el que regreso del gimnasio hace que caiga a plomo en la cama. Además, si con ello mejoro el rendimiento de mi corasonsito y pulmones y me pongo algo güena, pues mejor que mejor.

Con lo que no contaba era con la mierda de música que me toca tragarme en cada clase. Por dios, estoy hartita ya de Rihanna, Pitbull, David Guetta, Swedish nosequé mafia y la madre que los parió. Y es que además hay veces que una misma canción me toca tragármela en distintas versiones/remixes en las diferentes clases.

Pues hoy es una queja sobre Spinning. Recuerdo que tenía una profesora guay que no hacía clases de Les Mills (que son las que siguen en este sitio) y que se montaba sus propias listas de canciones. También me tocaba torturar mis oídos, pero de vez en cuando tocaban cosas como Foo Fighters o The Cardigans.

Pues ahora me ponen Coldplay. Bajona del quince. Con la mierda del último disco (Paradise, que cada vez que la empiezo a escuchar me pienso que es I wish I could fly de Roxette). Que ya puestos, podría haber sido algo del Parachutes o A rush of blood to the head. Mira que sí me podría imaginar pedaleando al ritmo de Clocks, por decir una, o hacer los estiramientos finales con el Trouble.

Creo que me voy a hacer mi lista alternativa. Podríamos tener... Ready to start, para calentar, Munich, para hacerse unos sprints, Conscience killer, pendientes de ritmo infernal (gimme a little room and I'll speed in your eye), Strange times para marcarse unos intervalos, para que el profesor no se queje porque se ve que le va la electrónica, le puedo poner Pogo o D.A.N.C.E. Y para otra subida brutal, ¿qué tal un Take me out?

Y para terminar, apoteosis con Knights of Cydonia.

Anda que no iba a pedalear hasta morir así...

martes, 24 de julio de 2012

Pues va a resultar que tengo suerte y todo

Como ayer mi bici se jodió, hoy la he cogido y enfilado hacia la tienda de bicis. Me ha recibido el chico guapete de la otra vez y le he ido a explicar mi problema de la válvula.

El caso es que desde hace semanas había notado que la rueda de delante basculaba sobre el eje. Pero es lo típico que vas dejando, vas dejando hasta que te fostias. Hoy mientras arrastraba mi vehículo veía que la rueda no paraba de rozar el guardabarros y la dinamo de la luz, así que tenía en mente comentarlo.

Pues cuando el chico ha ido a tocar la rueda ha puesto cara de flipe y ya hemos pasado de "uy, que la válvula está rota" a "esto es peligroso y podrías perder la rueda (y los dientes) en cualquier momento". Y como yo tengo mi bici en alta estima (y aún más mis dientes), pues le he dicho que me la arregle. Y el tío todo apurado porque ponerme una rueda de segunda mano más la mano de obra serían 30 euros. Hombre, que yo pagué 60 euros por la bici entera hace ya casi 2 años y medio. Que después de tanto tiempo "solo" esté a punto de perder una rueda, ya me parece bien. Pagaré el 50% del valor de la bici para que siga funcionando. Que le he cogido cariño.

Así que menos mal que se fastidió la válvula. Si no me pego el hostiazo de mi vida mientras mi rueda me adelanta.

lunes, 23 de julio de 2012

¡Qué planes ni qué ocho cuartos!

Por primera vez en unas cuantas semanas voy a coger la bici. Digo, anda, pues voy a salir 5 minutillos antes que tengo que inflar las ruedas, así me da tiempo para pillar el tren de y media. Vale. Salgo antes, inflo la rueda de atrás, perfecto. Voy a por la de delante, bien. Quito la bomba para cerrar la válvula y se sale el aire. Repito operación un par de veces. Desmonto la válvula. Mierda. Toma, válvula a tomar vientos. Bueno, son ya casi y veinte así que no llego al tren. ¿Me llevo la bici ya para que me la arreglen en la tienda? Ah, pero que hoy es la carrera ciclista esa que pasa por el centro del pueblo y la tienda está justo en el circuito. Coño, pues ya quizá mañana si eso. Ale, a patita a la estación y a por el tren de en punto.


sábado, 21 de julio de 2012

¿Dónde está la cámara oculta?

Hace como cosa de un año, en una noche maldita que recordamos de vez en cuando por la acumulación de despedidas de soltero por metro cuadrado, entre la gente que se nos aproximó, un calvete con ojos de loco empezó a preguntar que de dónde éramos. Como una amiga le dijo que yo era española, se vino para donde yo estaba a hablarme en algo que él pensaba que era español. Como su inglés era tan maravilloso como su español, la conversación fue ciertamente pesada y difícil. Me preguntó la batería de preguntas del inquisidor holandés: ¿Qué haces aquí en Holanda? ¿Vives aquí? ¿Desde cuándo? ¿Y por qué te has venido desde España? ¡Si allí tenéis mucho sol! (siempre volvemos a la idea que tienen estos tulipanes de que en España debemos hacer la fotosíntesis y vivimos de ello), etc. etc. Me pidió mi facebook, le dije que no tenía (xD) y al final le di un email basurero para que se fuera con viento fresco. Creo que me escribió alguna vez, con ese español tan suyo, y me dijo que tenía familia en Salamanca. No le contesté y ahí se quedo la cosa.

Ayer salimos en tropa unas cuantas chicas, 4 españolas, una francesa. Estábamos en una aglomeración bailando (o intentándolo), cuando por el rabillo del ojo veo un calvete que me mira y me da un toquecillo en el hombro. Le miré y creo que entré en pánico. ¡Era él! Horror, ¿me habrá reconocido? ¿se acordará? ¡Socorro! Pues resultó que no se acordaba (fiiuuuuu), pero volvió a repetir su papel de inquisidor. Oootra vez a responder, con toda la desgana del mundo, a sus preguntas en ese español tan... tan. Al final me escaqueé y mi amiga francesa, que estaba conmigo aquella noche me comentó que la cara le sonaba. Le dije de dónde y nos estuvimos descojonando un buen rato. Luego el calvete estuvo hablando con otra de las españolas y al final se dio por vencido. ¡Y esta vez sin pedir el caralibro! Bieeen.

Y para terminar, la foto de mis compras de hoy:
Aunque lo parezcan, no son donuts, ¡son paraguayas! Así como que apetecen aún más, jaja.

jueves, 19 de julio de 2012

Y llueve, llueve, llueve y vuelve a llover

La vuelta ha sido dura. Me recibió con frío y lluvia (y mi paraguas en los confines de mi maleta, entre la bolsa de playa reconvertida en bolsa de gimnasio y la ropa interior). Y con lluvia seguimos. La verdad es que los caminantes del vierdaagse mucho calor no están pasando, pero que te diluvie como ha estado hoy sin parar (más el viento) no creo que sea tampoco muy agradable. Imagínate, de 30 a 50 km con la lluvia metiéndose en tus ojos. ¡Y calcetines!

Ayer me preguntaron por qué se camina en el vierdaagse, que cómo empezó todo. Ni siquiera los holandeses lo saben (o por lo menos no los del curro).

Así que tirando de Google y la Wikipedia he visto que tiene su origen en los profesores de educación física, que a principios del siglo XX en Holanda eran antiguos militares. Formaron una asociación de educación física y organizaron unas marchas de 4 días que al principio eran por todo el país. Durante la Segunda Guerra Mundial se canceló, pero tras ella Nijmegen revivió la Marcha.

Y ahí termina el cutre-resumen. Ya sé por qué caminan 4 días. Era más interesante vivir en la ignorancia. Le daba cierto misterio ¿no? Como a muchas cosas en esta vida.

Por cierto, que el otro día en el aeropuerto eché un ojo a un libro que contaba anécdotas de dueños de librerías y me estuve echando unas risas:

Es un mundo cruel, sip. ¡Y sin dibujos!

miércoles, 11 de julio de 2012

¿Que nos quiten lo bailao?

En estas 2 semanas en España me deprimen las noticias aún más que cuando las leo en la distancia por los periódicos digitales.

Subidas del IVA, recortes sociales (reducir el paro para que la gente encuentre trabajo que no hay??), corrupción (como siempre) y así non-stop. Solo parece que hay algo de esperanza al ver la cantidad de gente que esperaba ayer a los mineros, como si fueran Casillas & cía. Una pena que eso no lo retransmitieran.

Ayer pasé por esta rotonda horrenda (por dios, qué horror) y me dio por pensar la pasta gansa que se dejaron los ayuntamientos en épocas de vacas gordas en esculturas como esto:

Asco de país...