sábado, 24 de septiembre de 2011

Literatura de altos vuelos

Cada vez que estoy en España y me toca volver paso por la tienda de revistas en el aeropuerto. Más que una tienda parece un rastro. ¿Os habéis fijado alguna vez en la sección de revistas para mujeres? La verdad es que no hay ni que entrar, está todo fuera. Ves una mega pila de plásticos y sabes que ahí tienes que mirar.

Te regalan de todo. La última vez antes de esta semana estuve en julio. Es increíble lo que ocupaban los paquetones que acompañaban a la revista: bolsos de playa, chanclas, neceseres, sombreros, gafas y combinaciones de todo esto. Tiene una la sensación de que más que comprar la revista y con ella un regalo, te estás comprando un bolso que viene con revista.

Esta vez no fue menos: 3 neceseres a falta de uno, lápices de kohl, rímel, gafas... Así que claro, al final me compré algo. Creo que no me va a hacer falta comprar máscara de pestañas en una buena temporada...

Y una vez decidido el regalo (porque, seamos francas, todas elegimos la revista en función del regalo, no mintáis) a desempaquetar todo para poder meterlo en la maleta de mano.

Luego en el avión empiezas a leer... y a flipar. Pero vamos a ver, ¿desde cuándo se escribe todo en una especie de spanglish que da vergüenza ajena? Que si basic, que si cheap, we love, tailoring, it girl. Joder, es que imagínate la conversación de besugos incluyendo clutch, petit coat noir, stiletto, pitón, basic, bohemian, tweed, mohair, gorra de plato (por dios, ¿quién coño se pone eso para salir a la calle?), oversized, boyfriend, teddy... mecagoenlahostiaputa. Cuanto más termino fashion-osea menos cerebro parece que se tiene.

Debe ser que a mí esto de los fashionistas (que tiene cojones no saber darle un nombre en español de verdad, supongo que será para apartarnos de el mundillo en plan "a mí no me mire, no les conozco de naaadaaa") me pilla en chandal de estar por casa.

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