lunes, 13 de junio de 2011

Misterios sin resolver...

Desde luego que cuando uno planea un día nunca sale como previsto. Unas veces se tienen altas expectativas y todo se va a la mierda, otras, un día anodino se transforma hasta ser una jornada inolvidable tan sólo con responder al teléfono. Lugar exacto en el momento justo.

No es que me quiera poner trascendente, pero ¿cuántas veces habías pensado quedarte en el sofá de casa sin hacer nada, decides salir a tomar una cerveza y llegas a casa a las 5 de la mañana habiendo disfrutado como los enanos? A mí alguna me ha pasado, como el día del concierto en la bici, jaja.

O noches bizarras, de esas que piensas si estarás siendo objeto de la cámara oculta, tíos llamándote "chica pequeña" en el idioma autóctono, robándole el taburete a una amiga, borrachos cogiendo un cacahuete y contándole una milonga a tu amiga sobre "la semilla del amor", más borrachos dando la plasta hasta que otra amiga los manda a tomar viento fresco gritando en medio de un bar que no le gusta y que huele mal...

Todo esto viene porque hoy pensaba salir al gimnasio, ir a comprar un regalo, volver a casa y comer, ir al super y encostrarme. Pero no... salí de casa a las 11 y volví más allá de las 16 con 120 euros menos en el bolsillo. Eso sí, muy bien gastaos, jaja. Todo por encender el móvil después de salir del gimnasio. Oportunidad, que dicen.

1 comentario:

  1. Es como tener que pasartelo bien por narices en determinadas fechas señaladas: fin de Año, San Juan, etc. Es como una convención social. Y al final, lo que tú dices, un día tonto que quedas por quedar para un par de cervezas y al final llegas a casa con un puntazo y dolor de abdominales de haber reido tanto. Besos.

    Jordi.

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