sábado, 21 de julio de 2012

¿Dónde está la cámara oculta?

Hace como cosa de un año, en una noche maldita que recordamos de vez en cuando por la acumulación de despedidas de soltero por metro cuadrado, entre la gente que se nos aproximó, un calvete con ojos de loco empezó a preguntar que de dónde éramos. Como una amiga le dijo que yo era española, se vino para donde yo estaba a hablarme en algo que él pensaba que era español. Como su inglés era tan maravilloso como su español, la conversación fue ciertamente pesada y difícil. Me preguntó la batería de preguntas del inquisidor holandés: ¿Qué haces aquí en Holanda? ¿Vives aquí? ¿Desde cuándo? ¿Y por qué te has venido desde España? ¡Si allí tenéis mucho sol! (siempre volvemos a la idea que tienen estos tulipanes de que en España debemos hacer la fotosíntesis y vivimos de ello), etc. etc. Me pidió mi facebook, le dije que no tenía (xD) y al final le di un email basurero para que se fuera con viento fresco. Creo que me escribió alguna vez, con ese español tan suyo, y me dijo que tenía familia en Salamanca. No le contesté y ahí se quedo la cosa.

Ayer salimos en tropa unas cuantas chicas, 4 españolas, una francesa. Estábamos en una aglomeración bailando (o intentándolo), cuando por el rabillo del ojo veo un calvete que me mira y me da un toquecillo en el hombro. Le miré y creo que entré en pánico. ¡Era él! Horror, ¿me habrá reconocido? ¿se acordará? ¡Socorro! Pues resultó que no se acordaba (fiiuuuuu), pero volvió a repetir su papel de inquisidor. Oootra vez a responder, con toda la desgana del mundo, a sus preguntas en ese español tan... tan. Al final me escaqueé y mi amiga francesa, que estaba conmigo aquella noche me comentó que la cara le sonaba. Le dije de dónde y nos estuvimos descojonando un buen rato. Luego el calvete estuvo hablando con otra de las españolas y al final se dio por vencido. ¡Y esta vez sin pedir el caralibro! Bieeen.

Y para terminar, la foto de mis compras de hoy:
Aunque lo parezcan, no son donuts, ¡son paraguayas! Así como que apetecen aún más, jaja.

3 comentarios:

  1. Yo también tengo poco pelo y he llegado a entrar a la misma chica dos veces... ¡en la misma noche!
    Uff, leyendo esta entrada no puedo evitar ponerme del lado rival :D

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  2. Lo tuyo suena a los efectos del alcohol. Este no tenía esa excusa. Pero yo me alegro de que no se acordara de mí, ¿eh? No lo tomo como una ofensa :P

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  3. Confieso que sí, que algo de alcohol había de por medio... ahora tras haber confesado toda esa serie de "defectos" tú decides si te atreves a enviarme un mensaje o no xDDD

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